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Interés general

Por primera vez comprueban que un gato contagió de coronavirus a una persona

Por primera vez la ciencia pudo comprobar la trasmisión del virus de un gato a un hombre. Qué dicen los especialistas.

Desde el principio de la pandemia se discutió sobre la posibilidad de contagios entre humanos y mascotas. ¿Qué capacidad tiene el virus para saltar entre especies animales?, preguntaban algunas investigaciones sin encontrar evidencias sólidas. Ahora, un equipo de científicos de Tailandia reportó el primer caso de transmisión de SARS-CoV-2 de un gato a una persona.

El hallazgo, publicado en la revista científica Emerging Infectious Diseases el 6 de junio, determina que un veterinario contrajo coronavirus por el estornudo de un gato y aclara que estas situaciones probablemente sean raras. Aunque habría que evaluar cuán frecuente podría ser.

“El informe es un ejemplo de lo que puede hacer un buen rastreo de contactos. Se conocían estos coronavirus en animales pero no había una evidencia directa. Nunca antes se había certificado el contagio de una persona por una mascota”, señala Guillermo Docena, Bioquímico, inmunólogo, Investigador Principal del Conicet, ante la consulta de Clarín.

“No es inusual que los animales puedan contagiarse de coronavirus. Por eso, es importante mantener una vigilancia epidemiológica de la zoonosis. A medida que avanza nuestra conquista de los territorios silvestres, el hombre le gana territorio a la naturaleza y entra en contacto con especies animales las cuales originarán los próximos brotes epidémicos o pandémicos”, analiza Marta Cohen, patóloga pediatra radicada en Reino Unido.

El caso felino
Los dueños de un gato atigrado dieron positivo de Covid y fueron aislados. El felino de diez años también fue examinado y obtuvo el mismo resultado. Sin embargo, mientras le tomaban la muestra estornudó en la cara de un veterinario, que llevaba una máscara y guantes, pero no protección para los ojos.

Tres días después, el profesional desarrolló fiebre, resfriado y tos, y luego dio positivo por SARS-CoV-2, pero ninguno de sus contactos cercanos contrajo el virus. Este dato sugirió que el gato lo había infectado. Lo llamativo fue que el análisis genético también confirmó que el veterinario estaba infectado con la misma variante que el gato y sus dueños, y que las secuencias genómicas virales eran idénticas.

“La transmisión del virus zoonótico, adaptado a una especie animal, a los seres humanos no es muy eficiente porque el virus debe encontrar una vía para ingresar a nuestro organismo, entrar en una de nuestras células y multiplicarse dentro de ellas”, entiende el virólogo Mario Lozano.

Así, según comenta, es una cuestión de azar qué virus adaptado a un animal puede transferirse a los seres humanos. “Ese azar está vinculado con la composición del virus y con la diferencia genética que tenemos los humanos con cada una de las especies animales”, teoriza.

¿El descubrimiento puede tener algún efecto sobre el curso de la pandemia?
Los expertos consultados coinciden en que los animales aún no juegan un papel importante en la propagación del virus del Covid porque el riesgo de que se lo transmitan a las personas se considera bajo. Incluso, establecer la dirección de la propagación viral, de gato a persona o de persona a gato, es complicado.

“Cuando hablamos de coronavirus es más probable que el humano contagie a mascotas que a la inversa. Las mascotas no representan un peligro. Deberíamos cuidarnos nosotros para no contagiarlas a ellas”, interpreta Cohen.

Por su parte, Docena considera: “El mayor riesgo es que uno está en contacto estrecho y permanente con la mascota por lo que las chances de propagación son más altas. El contacto cercano es lo que posibilita la transmisión de una especie a otra y depende de la cercanía, de la mutación del virus y de las características moleculares de cada especie”, postula.

Y Martín Hojman, infectólogo del Hospital Rivadavia, agrega: “Es más difícil manejar el aislamiento y la implementación de medidas de protección con las mascotas. Desde esa perspectiva es un desafío epidemiológico”.

Zoonosis
El coronavirus es una zoonosis que viene de distintos reservorios animales. Por este motivo, Docena hace hincapié en la relevancia de estudiar la evolución de los microorganismos en las distintas especies animales para detectar qué tan cerca están de invadir al hombre.

“Las transmisiones de virosis de mascotas a personas convivientes no son comunes. Cada especie tiene virus especializados y requiere de una adaptación y oportunidad para poder transmitirse a personas humanas. Las virosis emergentes, más comunes, son roedores y murciélagos por la cercanías genéticas que tienen esas especies con los humanos”, describe la viróloga Sandra Goñi.

Y subraya: “Este coronavirus afecta a los gatos pero los periodos de incubación son menores por lo que no tiene tantas posibilidades de contagiar a muchas personas. Además, esta situación particular no se puede generalizar”.

Fuente: Penélope Canónico - Clarin.com

La prevención es la mejor herramienta para luchar contra la rabia y evitar muertes humanas

El virus de la rabia origina la muerte de más 59.000 personas cada año en todo el mundo.

La rabia es una zoonosis mortal causada por un virus del género Lyssavirus que pertenece a la familia Rhabdoviridae. Afortunadamente, la enfermedad se puede prevenir con éxito mediante la profilaxis adecuada, antes y después de la exposición. Sin embargo, los países menos desarrollados y subdesarrollados todavía no pueden implementar dicha protección, lo que significa que más de 59.000 personas mueren de rabia cada año en todo el mundo.

A nivel mundial, la rabia urbana sigue siendo un gran problema en los países subdesarrollados, y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) ha fijado el 2030 como fecha límite para su erradicación, bajo el programa “Cero para el 30: el plan estratégico mundial para poner fin a las muertes humanas por rabia transmitida por perros para el 2030”.

En cuanto a Europa se refiere, la UE está al borde de la victoria en la lucha contra la rabia silvestre, pero algunos países aún deben realizar más esfuerzos, en particular los que se encuentran cerca de las fronteras orientales de la UE. 

En este sentido, aunque varios años de campañas de vacunación en animales salvajes han logrado el control de la rabia en Europa Occidental a través de un cinturón de vacunación frente a países endémicos de Europa del Este, la rabia podría ser importada tanto por viajeros de áreas sin un control público activo de la enfermedad como por animales provenientes de áreas donde el virus circula en la fauna silvestre. 

Por lo tanto, el conocimiento de la epidemiología mundial actual combinado con un alto índice de sospecha clínica son necesarios para llegar a un diagnóstico de rabia, especialmente en caso de presentación atípica o sin antecedentes de exposición animal. Por ello, se ha llevado a cabo una investigación con el fin de proporcionar una descripción general del estado actual de la rabia en Europa, con especial énfasis en Croacia y Europa del Sudeste y Este.

RABIA EN ANIMALES SALVAJES 

La rabia silvestre es causada por el virus de la rabia clásico (virus de la rabia, RABV). En Europa, el principal reservorio y vector de la rabia silvestre es el zorro rojo (Vulpes vulpes). El inicio de la propagación de la rabia silvestre se registró durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se descubrieron los primeros casos en la antigua frontera ruso-polaca. La enfermedad se propagó de forma gradual y progresiva desde el noreste hasta el centro y suroeste de Europa.

El primer país en lanzar una campaña masiva de vacunación oral contra la rabia (VOR) con vacunas atenuadas fue Suiza, allá por 1978. En los países de la UE, los programas de erradicación de la rabia de los animales salvajes a gran escala que utilizan VOR comenzaron en 1989 gracias a la financiación de la UE y pronto se demostró que eran el único medio eficaz de control de la enfermedad.

 

SITUACIÓN ACTUAL EN EUROPA

En el largo período transcurrido desde el primer caso de rabia silvestre en Croacia en 1977 hasta el último caso detectado en la primavera de 2014, se registraron varios picos de infección elevados.

El máximo de 325 zorros positivos de 695 examinados (46,8 %) se registró en 1993. A principios del siglo XXI, el número de animales positivos se estabilizó en alrededor del 20 % (449/2240), pero en 2008-2009 volvió a subir a más del 30 % (994/3051).

No obstante, durante la última década, con la financiación de la UE para el apoyo de las campañas de VOR, el virus se eliminó con éxito de la mayoría de los países de Europa occidental y central, y ahora está restringido a la parte oriental de la UE, donde solo dos Estados miembros lo notificaron en 2019 y 2020: Polonia y Rumania. En cuanto a los estados no miembros de la UE, en 2020 se registraron casos de rabia en Bosnia y Herzegovina, Georgia, Moldavia y Ucrania.

En este sentido, tras el análisis de la evolución histórica del virus, los autores indican que “los principales obstáculos para mantenerse libre de rabia son la implementación discontinua del programa de VOR, la disminución del número de muestras bajo monitoreo, la falta de cooperación y la ausencia de un enfoque regional”.

 

MURCIÉLAGOS, RESERVORIO CLAVE

A pesar de que los programas de VOR en Europa han demostrado su utilidad en el control y erradicación de la rabia, en el caso de los mamíferos voladores su eficacia es mucho menor. Los mamíferos voladores, como son los murciélagos, son huéspedes reservorios importantes y juegan un papel clave en la transmisión de la enfermedad. En Europa la seroprevalencia depende de la ubicación, la especie, el sexo, el comportamiento social, la estación (estación activa, período de hibernación) y la intensidad de la vigilancia de la rabia, y varía desde el 0,05 % hasta más del 60 %, comentan los autores del estudio.

A la luz de lo anterior, “es importante señalar que los murciélagos en Europa siempre supondrán una pequeña pero innegable amenaza para la salud humana”. Este hecho no debe descuidarse debido a la existencia de determinadas especies de murciélagos que prefieren utilizar los asentamientos humanos como hábitat, lo que permite su estrecho contacto con humanos y animales domésticos, especialmente gatos. “Dada la naturaleza cazadora de los gatos y la gran capacidad migratoria de los murciélagos, es fácil percibir el peligro de transmisión no solo de la rabia sino también de otros virus de los murciélagos a los gatos”.

 

MOVIMIENTOS ANIMALES

Por otra parte, otro de los riesgos comentados por los autores como implicados en la expansión del virus de la rabia, es el de los movimientos animales entre países. “Los movimientos de animales tanto legales como ilegales han dado lugar a la introducción de la rabia en áreas que antes estaban libres de la enfermedad”.

Concretamente, señalan como uno de los mayores riesgos de la reintroducción de la rabia en una población libre de rabia al transporte de animales no vacunados desde países con rabia endémica. De 2006 a 2020, hubo 19 casos de este tipo en Europa, de los cuales 16 ocurrieron en perros. 

Esta situación “ocurre principalmente por el desconocimiento del peligro que entraña la importación de animales rabiosos o no vacunados, especialmente cachorros, por su atractivo y pequeño tamaño. Estos casos generalmente conducen a una transmisión secundaria o incluso terciaria de la rabia y, en consecuencia, a la pérdida del estatus libre de rabia de un país”.

En España, el Colegio de Veterinarios de Cádiz anunció la creación de una Red de Veterinarios de Referencia en Rabia. Y es que, dada su proximidad con Marruecos y el intenso flujo de personas que se produce en la frontera entre Marruecos y España, Andalucía se posiciona como un territorio de especial sensibilidad al riesgo de posibles entradas de animales infectados por la rabia, especialmente la provincia de Cádiz por tener frontera directa a través de los puertos de Tarifa y Algeciras. Ello posiciona al veterinario clínico como un actor de salud pública de primer orden fundamental.

 

LA PREVENCIÓN ES LA MEJOR HERRAMIENTA

En la misma línea, científicos italianos han llevado a cabo una revisión de la literatura científica sobre los estudios que incluyan información sobre aspectos como la prevención, epidemiologia, o retos futuros frente al virus de la rabia en Europa.

Y es que, en palabras de los autores, “dado que actualmente no se dispone de un tratamiento eficaz, debe lograrse la prevención de la rabia para evitar las muertes humanas relacionadas con la rabia”. 

Así, consideran que la prevención se debe basar en 3 pilares principales: concienciación y educación sobre enfermedades, control de la salud del perro y control de la vida silvestre (como se extrae del estudio anterior), y la vacunación en poblaciones de riesgo (por ejemplo, viajeros).

Según explican, “se debe inculcar enérgicamente la concienciación sobre enfermedades, así como la educación para la prevención de mordeduras y la participación de la comunidad”, también se debe incluir la profilaxis contra la rabia de forma obligatoria en sujetos de riesgo, en personas con animales en riesgo y en la población en general. 

Por otra parte, señalan que los protocolos para el tratamiento de animales domésticos y ganado expuestos deben implementarse a nivel regional. “Se deben controlar las poblaciones de perros y gatos callejeros y, en última instancia, se debe lograr una cobertura de vacunación del 70 % de las mascotas (para evitar la introducción de la rabia en áreas libres de la enfermedad) y se debe implementar la vacunación previa y posterior a la exposición para humanos”.

 

NECESIDAD DE CREAR CONCIENCIA

Viajar a áreas donde la rabia es endémica representa una amenaza para los viajeros que, la mayoría de las veces, desconocen la disponibilidad de la vacuna contra la rabia o no pueden vacunarse debido al alto coste de la vacuna. 

En el caso de España, se notificaron 2 casos en los últimos años, uno en 2014 y otro en 2019, pero ambos relacionados con un viaje a Marruecos.

Por este motivo, “se debe educar a los viajeros para evitar el contacto con perros y otros animales silvestres y, en caso de mordeduras o arañazos, lavar rápidamente la herida y buscar atención médica en el lugar y regresar a casa si la vacuna contra la rabia y la inmunoglobulina contra la rabia no están disponibles”.

Fuente: DiarioVeterinario.com

Inquietante advertencia de un inmunólogo francés sobre lo que viene después del Covid

“El futuro nos va a encontrar con todo tipo de virus, bacterias y parásitos, similares a los que vivimos con el Covid”, dice en diálogo con Clarín Patrice Debré.

“Toda la vida pensé que el sistema inmune estaba en contra de los microbios. Hace no mucho, aprendiendo más sobre la microbiota, que es esa flora de microbios que vive en nuestro cuerpo, entendí que el sistema inmune atrae a los microorganismos. Tenemos un sistema inmune cuyo objetivo es doble: pelear contra los patógenos pero guardar los que son buenos. ¡Es tan inteligente!” El hombre que habla tiene 77 años y un entusiasmo adolescente. Es francés. Es un referente internacional de la inmunología. Se llama Patrice Debré.

Clarín lo entrevistó porque vino a Buenos Aires, invitado por la Academia Nacional de Medicina para dar una conferencia con motivo del bicentenario del nacimiento del bacteriólogo francés Louis Pasteur.

Lo invitan porque es miembro de la Academia Nacional de Medicina de Francia, profesor Emérito de Inmunología de la Universidad de la Sorbona y ostenta un curriculum denso, entre otros, por haberse abocado a la investigación de afecciones que no se andan con chiquitas: el ébola, el cáncer, el VIH-Sida.

Debré podría haber sido político: su tío y primos fueron funcionarios del expresidente Charles de Gaulle.

O artista plástico. Su padre, Olivier Debré, fue un reconocido pintor abstracto. Y sin embargo siguió el camino de su abuelo, el médico Robert Debré, considerado uno de los padres de la pediatría moderna.

El momento de la charla no podía ser más oportuno: las noticias irrumpen con sus hepatitis agudas, sus viruelas y omicrones, en el infatigable capítulo final del Covid.

Y ahí llegá Debré, elegante, con una lucidez ansiosa, pero retenida. Los ojos verdes muy abiertos, pero el gesto apacible. Como quien, en el borde de cancherear, lanza: “Lo que pasa ahora con los patógenos fue así siempre. Y seguirá siendo así”.

-Hay expertos que creen que consumir más medicamentos, ciertos alimentos y el estilo de vida generaron un cambio en nuestro microbioma. Estiman que eso modificó nuestra inmunidad, por lo que somos más proclives a enfermarnos. ¿Qué opina?

-No creo. Si mirás la historia de las epidemias, siempre fue así. Los humanos debemos saber que tenemos que vivir con los microbios. El Covid es uno de ellos. Hay unos 200 nuevos patógenos descubiertos en los últimos 50 años. Tenemos que estar listos en términos de una convivencia, que se correlaciona con muchas enfermedades. Humanos y microbios hemos estado juntos en una co-evolución. Si mirás los genes, el 99% son de origen microbiano. Y si mirás a un individuo, el 90% de las células corresponden a microbios, es decir, al microbioma que vive en nuestro organismo. Solo el 10% son células humanas.

-Pero hay una armonía ahí, ¿no?

-Sí. Algunos microbios son buenos y otros se vuelven malos. A veces la armonía en nuestro cuerpo se rompe. Pero no es que ahora pase algo peor. Siempre fue así. El futuro nos va a encontrar de nuevo con todo tipo de virus, bacterias y parásitos, similares a lo que vivimos con el Covid. El mayor problema en todo caso es la resistencia a los antimicrobianos. En algunos países, el 60% de los microbios son resistentes a los antibióticos. Esto será un gran problema porque habrá que encontrar nuevos antibióticos. ¡Sesenta por ciento!

-¿Qué deberíamos hacer?

-Tomarlos correctamente. En muchos lugares, los médicos dan antibióticos para cualquier cosa, aunque no los necesites. En Camboya, si tenés dolor de cabeza te dan antibiótico. La gente no lo compra en la farmacia sino en el supermercado. Es lógico que haya resistencia.

-Pero las autoridades lo saben. ¿Los médicos están mal formados?

-Algunos países se esfuerzan, pero en Asia o África, no hay realmente una comprensión de las autoridades sobre esto, y los médicos no hacen mucho. Hay mucho por hacer en materia de educación; de los médicos, pero también de la población general.

-Estamos en alerta constante: Covid, Monkey Pox, hepatitis aguda en niños... ¿A qué se debe?

-Dos tercios de los brotes epidémicos vienen de los animales. Animales salvajes o domésticos. Tendremos que vigilar mejor. Hablaba el otro día en un seminario acerca de los perros. Tomamos varias zonas: América latina, Asia, Francia... Los perros se infectan de distintos patógenos en cada lugar, por lo que pueden generar distintos tipos de enfermedades, que luego pueden circular globalmente. ¿Qué hacés? Tenés que tener programas de vacunación y entender esos patógenos. No diría que las cosas estén peor. La vida cambió y con los movimientos migratorios encontramos más razones para estar en contacto con estos patógenos.

-Pero, ¿cómo evitar tantos brotes?

-Hay que educar a la gente y hablar de higiene más de lo que lo hacemos. Durante el Covid vimos que es posible bajar información. Lo que precisamos no es eso sino dar educación. Empieza en la escuela o incluso antes. La educación para la salud es una materia elemental. Ahora bien, ¿qué vamos a enseñar? Hay que definirlo. ¿La circulación de microbios? ¿Qué es un microbio? Hay muchos temas importantes. Los hemos empezado a relevar y a discutir en la Academia francesa, en diálogo con otras academias nacionales de medicina del mundo. Incluso, la argentina.

-Volviendo al Covid, ¿cuál es el futuro de la vacunación? ¿Puede surgir una generación que prevenga el contagio y no solo la severidad?

-Exacto. El problema con la vacuna contra el Covid es que evita la enfermedad, pero no la transmisión. Habría que generar un aumento de cierto tipo de anticuerpos (los IgA) que están en las mucosas respiratorias. Las vacunas que tenemos generan mayormente otros anticuerpos (los IgG). No estamos neutralizando lo suficiente... hay que buscar otros modos de introducir vacunas, tal vez por la vía nasal. Hay equipos trabajando en eso. Esto, en relación a la vacunación. Ahora bien, mis colegas piensan que el Covid va a continuar y tenemos que entender que va a ser endémico, como la gripe, con sus mutaciones.

-¿Nos vamos a tener que vacunar todos los años?

-No lo sabemos. Quizás las nuevas vacunas que estamos esperando sean más útiles y la inmunidad, más duradera.

-En Argentina, la campaña de gripe solo incluye a los grupos de riesgo. ¿Pasará lo mismo con el SARS-CoV-2?

-La pregunta de fondo es si va a ser obligatoria o no. En Francia es muy difícil y es posible que solo quede como recomendación. La vacunación es lo mejor que podríamos tener para combatir epidemias y transmisiones, pero no podemos inhibir el Covid masivamente porque mucha gente no se quiere vacunar. Así que, el virus continuará circulando en los próximos años. Es imposible saber si con nuevas vacunas disponibles y educación vamos a lograr una epidemia aún más baja. Yo no creo mucho en al erradicación; sí en la circulación a un nivel muy bajo.

-El Covid excede lo pulmonar; genera una afección multiorgánica. Hay expertos que están preocupados por su persistencia en algunos tejidos, en relación al futuro de la trasplantología. ¿Qué opina?

-Es un tema a considerar. Pasa con otros patógenos, como el ébola, que queda bastante tiempo en algunos tejidos, luego de fase crítica. No me sorprendería que el Covid pudiera sobrevivir más de lo que creemos, escondido, y que volviera después de un tiempo. De hecho, el long Covid es un enigma. ¿Es la persistencia del virus? No lo sabemos. No fue probado.

-Por la pandemia, muchas patologías quedaron en el olvido. Por ejemplo, la tuberculosis tiene cura, pero cada año mata a entre 600.000 y 1,2 millones de personas. ¿Qué otras enfermedades olvidadas deberíamos atender?

-Debemos estudiar y vigilar todas las enfermedades en sociedades de bajos recursos, como los países de África. En Francia se están dando fondos de investigación para estudiar determinados grupos de virus y no cualquier microbio. Creo que no está bien: tenemos que cubrir todo el espectro posible.

-¿Pero qué enfermedades cree que vayan a estar en las noticias en el próximo tiempo?

-No sé. Todavía no superamos el VIH, la malaria, la tuberculosis... ¡Ni siquiera tenemos vacuna contra la tuberculosis!

-Y tampoco para el VIH. Usted está trabajando en eso, precisamente...

-Trabajo en vacunas hace muchos años. Me interesé en el VIH porque este virus supone un enigma. Produce inmunosupresión, pero las células que mueren son las que no están infectadas. Entendimos que parte del virus era patogénico no solo infectando las células sino también golpeándolas desde afuera. Estamos desarrollando una vacuna que induce anticuerpos neutralizantes. Tuvimos buena respuesta en animales y empezaremos un ensayo clínico, aparentemente en septiembre. Probablemente haya que apuntar a dos tipos de respuestas inmune: la celular y la humoral.

-¿Cuándo podría estar lista? Se lo ve optimista...

-¡Lo soy! Pero hace 40 años hay investigadores en busca de esta vacuna y todavía no la tenemos.

-La pandemia instaló el problema de la accesibilidad. En los países de África, el acceso a la atención sanitaria es muy pobre, y eso convive con hechos como que las píldoras para la infección severa por Covid solo estén disponibles en países del primer mundo. ¿Qué debería cambiar?

-La salud debe ser considerada en forma global. No cabe más la concepción por países. La política es responsable de esto. Hay que incrementar el intercambio de experiencias entre países y trabajar mucho más en forma conjunta. Hay que encontrar otro tipo de gobernanza. Incluso la Organización Mundial de la Salud debería ser distinta. Su misión debe ser reconsiderada.

-Ya que la mencionó, ¿qué opina del rol de la OMS durante la pandemia?

-Hasta ellos se autocriticaron. Hay que pensar en una nueva OMS.

Fuente: Irene Hartmann - Clarin.com

Mancha y Gato, los caballos criollos que pisaron las tierras de los mustangs

Mancha Cardal y Gato Cardal fueron dos caballos criollos argentinos que marcharon en 1925 desde Buenos Aires a Nueva York (21.000 kilómetros en tres años y medio de viaje), montados por el profesor suizo Aimé Félix Tschiffely. Recibieron sus nombres de los pelajes, ya que Mancha era de pelaje overo rosado manchado y Gato de pelaje gateado, tenían veteranos 15 y 16 años respectivamente.

El propietario de los animales era Emilio Solanet, un veterinario y dirigente radical, prestigioso académico y productor agropecuario, autor del libro Pelajes criollos, un verdadero clásico en la materia. Poseía una estancia de cría, “El Cardal” en Ayacucho, donde los caballos fueron domados. Allí se los regala a Tschiffely para su viaje como una forma de promover la raza criolla. Ambos estaban convencidos de la fortaleza de los dos fogueados y rústicos caballos criollos, de baja alzada y resistentes como pocos.

Solanet, unos años antes había sido miembro fundador de la Asociación Argentina de Criadores de Caballos Criollos y era un entusiasta criador y propulsor del reconocimiento de la raza. Gran genetista y zootecnista, intuyó que para comenzar los registros de la raza, debía encontrar ejemplares criollos puros. En los campos de la provincia de Buenos Aires existían criollos, pero muchos mestizados con razas europeas tan de moda en esos años.

En 1911 había viajado a Chubut donde suponía aún no había cruza y los ejemplares eran puros tras cuatrocientos años de selección natural. Convencido de que el equino criollo primitivo se había adaptado a las condiciones más severas en la aislada Patagonia, compró de las manadas de los indios Tehuelches (tribu del cacique Juan Schackmatr y su hermano Liempichun) del río Senguel, 84 yeguas y padrillos.

Solanet, siguiendo el criterio de seleccionar los más fuertes y rústicos y del tamaño por él establecido, formó sobre esas bases en su campo los primeros reproductores hasta que en 1922 logró que la Sociedad Rural aprobara el standard de la raza criolla por él concebido. Mancha y Gato eran dos de esos caballos indios chubutenses, llegados en arreo desde Colonia Sarmiento, descendientes de los traídos por don Pedro de Mendoza en 1535, caballos ibéricos de sangre árabe y berberisca producto de ocho siglos de dominación mora de España.

Vaqueros
En Estados Unidos existe una raza local descendiente de los caballos españoles, el Mustang, caballo de indios y vaqueros del siglo pasado. Como no se lo considera físicamente atractivo (petisón y rústico como el criollo) y es plaga para tierras de cultivo y pastoreo a nadie le interesa criarlo como raza pura. Sin embargo hoy en día se los doma y trabaja esporádicamente con buenos resultados.

Tschiffely refiere que al llegar a los Estados Unidos con sus caballos, tuvo ocasión de conversar con tres viejos cowboys de los últimos representantes tal vez, de ese tipo de admirables jinetes, que como nuestros gauchos, van en camino de desaparecer. “Tres viejos vizcachones” al decir de Aimeé, quienes al preguntarles si conocían de que raza eran Mancha y Gato, afirmaron categóricamente que eran mustangs, lamentándose que ya no existieran como antes dijeron: “entonces sí se podía decir que había buenos caballos”, según relató otro gran criador, don Roberto C. Dowdall a Tito Saubidet en el libro Vocabulario y refranero criollo.

Tschiffely quiso a ambos animales por igual pero no ocultó su predilección por Mancha, caballo de genio y porte mientras que Gato era más apaciguado y racional. El título en castellano de su libro de viaje (“La cabalgata de Tschiffely” o “Historia de dos caballos” según la ediciones inglesas) es “Mancha y Gato”, que más allá del orden alfabético, homenajea al overo primero.

En conmemoración de la fecha en que llegaron a Nueva York, el Senado de la Nación y la Cámara de Diputados, designaron en 1999, el día 20 septiembre como el “Día Nacional del Caballo”.

Fuente: Andrés Ramón Jacquelin - LaNacion.com

Por el frío, hay otra vez una invasión de carpinchos en Nordelta

Con el frío, hay una nueva invasión y los vieron colmando piletas y entradas de casas. Algunos vecinos se quejan de que hacen sus necesidades en los jardines.

El 2021 dejó una de las grietas más insólitas de los últimos tiempos entre los vecinos de Nordelta. Los responsables de algunas semanas turbulentas para los residentes del reconocido country fueron los carpinchos que, de manera sorpresiva, no sólo inquietaron a los más desprevenidos, sino que también abrieron un debate en torno a cómo había que manejar la situación.

Ahora, la circulación de los animalitos que se instalaron durante la cuarentena en los diferentes barrios de la urbanización privada de Tigre vuelve a crecer considerablemente por las bajas temperaturas, explican los expertos.

"La situación es tremenda. Es una plaga y hay muchas crías. Algunos los aman, pero varios los odian porque hacen caca en los jardines, se comen el pasto y pelean con los perros. El otro día escuché a una vecina que contó que hasta le nadan en la pileta", cuenta Jimena ​-residente de la zona- a Clarín. "Estoy al tanto que les construyeron refugios con comida", agrega.

Por su parte, Anabella, otra vecina de la localidad, le resta importancia a la situación. "Es como si hubieran perritos. Los ves caminando por la calle en familia y además no se acercan, quieren estar solos". Sin embargo, advierte: "Escuché de algún caso en el que en casas con muelle tenían alguna trampa dañina, pero es algo muy supervisado".

En ese sentido, desde Gestión Ambiental de Tigre negaron a Clarín haber recibido denuncias por la utilización de trampas mortales, aunque sí están al tanto de que algunas propiedades cuentan con boyeros eléctricos: "Simplemente sirven para ahuyentarlos, reciben una pequeña descarga que no es letal. De todas maneras, notamos que hay una convivencia amena entre los vecinos y los carpinchos", resaltan desde la Dirección.

También se refirió al tema Manuel Jaramillo, director de la Fundación Vida Silvestre Argentina, y si bien no han tenido intervención en el caso (la autoridad de aplicación es la Dirección de Flora y Fauna de la Provincia de Buenos Aires, que lleva adelante un plan de manejo de la situación), están al tanto de las principales novedades en el asunto.

"Es una especie muy pacífica que se ha adaptado a convivir con los humanos. No hay cacería de ningún tipo -por lo que tienen un hábitat apropiado-, y además se autorregulan. Cuando llegan a determinada carga, se pelean ellos mismos por el espacio y disminuyen las densidades poblacionales. No puede haber sobreabundancia de carpinchos", explica Jaramillo.

En cuanto a los perros -una de las problemáticas que más preocupa a los vecinos-, el ingeniero Jaramillo señaló que los roedores no irán a atacarlos y siempre evitarán los enfrentamientos (por ejemplo, arrojándose al agua) y que tan solo en caso de no ser posible, atacarán con una mordida meramente defensiva.

"Sería deseable que las personas que viven en un espacio agreste lo hagan dispuestas a aceptar estas ventajas de la naturaleza, ya que estos animales no representan ninguna amenaza para las personas. Los carpinchos no se fueron a vivir con las personas, las personas se fueron a vivir con los carpinchos", reflexiona Jaramillo.

Finalmente, desde la Asociación de Vecinos de Nordelta (AVN), alertaron a los vecinos en razón de la "mayor circulación de los roedores a causa de las bajas temperaturas", por lo que recomendaron "mayores precauciones, especialmente a la hora de conducir en horarios nocturnos".

Tal como han informado en un comunicado a los vecinos, mientras que durante los meses de calor los carpinchos se mantienen dentro de los lagos o en su periferia, cuando bajan las temperaturas permanecen más tiempo fuera del agua con el fin de buscar refugios contra el frío, advirtiéndose -por ejemplo- una gran circulación por la Avenida Troncal, que une toda la ciudad.

Para controlar el movimiento de los animales, las autoridades intervinientes han construido varios espacios (buffers) que, además de servir como refugio para los carpinchos, tienen plantadas especies que les sirven de alimento (también están trabajando en la vegetación de toda la costa), y están distribuidos en Puerto Canoas -sobre el lago central-, Barrio Los Castores y Laguna de Salida Sur.

Fuente: Ignacio Rapari - Clarin.com

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Curiosidades

Los 10 principales avances médicos de la Edad Media

Todavía la percepción que el ciudadano medio tiene sobre la Edad Media es la de que fueron tiempos oscuros, con multitud de calamidades, poblaciones analfabetas y un retroceso sustancial en cuanto a los avances médicos que la Antigüedad había aportado. Todo ello no son más que apriorismos que colocan en un puesto de inferioridad a los tiempos medievales respecto a otros momentos de la Historia. Sin embargo, un análisis detallado nos revela que en el Medievo surgieron muchos de los logros de la Medicina que todavía hoy están vigentes. Aquí están los 10 principales avances médicos de la Edad Media.

1. Hospitales
En el siglo IV de nuestra era el concepto de hospital, es decir, un lugar donde los pacientes podrían ser tratados por los médicos con equipamiento especializado, estaba en su embrión en algunos lugares del Imperio Romano.

Más tarde, en Occidente, los monasterios fueron los centros donde surgieron los primeros hospitales para dar servicio a los viajeros, transeúntes y pobres. Mientras, en Oriente, en el mundo árabe, los hospitales surgieron en el siglo VIII.

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