Desde el aire que respiramos hasta los alimentos que comemos, el Continente Antártico y el océano que lo rodea son fundamentales para garantizar que nuestro planeta funcione y sea habitable. Muchos ni siquiera lo saben, pero sus aguas incluso afectan el aire que respiramos.
El Continente Antártico contiene aproximadamente el 90% del volumen total de hielo del mundo y alrededor del 77% del agua dulce del planeta, siendo fundamental para estabilizar nuestro clima y hacer circular los nutrientes vitales que sostienen las poblaciones de peces y otros organismos marinos en todo el mundo.
El Océano Austral elimina grandes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera cuando el kril – pequeñas criaturas parecidas al camarón – absorben el carbono al consumir microalgas y lo excretan hacia las profundidades, en donde es reutilizado por otros organismos en el fondo marino.
Con todo, el Continente Antártico está cambiando. Es una región que se encuentra en la primera línea de la crisis climática, con el hielo marino antártico derritiéndose más rápido que nunca.
En 2020 experimentó su temperatura más alta: sobre los 20oC / 68oF, junto con la creciente presión de la pesca y otras actividades humanas, que si no son apropiadamente reguladas, amenazan directamente su asombrosa vida silvestre con pingüinos, focas, ballenas, albatros, que luchan por adaptarse a los rápidos cambios en su hogar. La situación es urgente.
El continente es clave para nuestra lucha contra el cambio climático, es el último lugar prístino de nuestro planeta. Los efectos asociados al cambio climático en el Océano Austral afectarán los sistemas marinos mundiales y a las comunidades humanas e influyen en los procesos que regulan el clima. Somos un océano y el futuro del Continente Antártico es nuestro futuro.
Es por esto que hacemos un llamado frente a esta necesidad imperiosa de que los gobiernos reconozcan las interconexiones entre los sistemas antártico y mundial. Tenemos una oportunidad de asegurar el acto de protección oceánica más grande de la historia en octubre de 2021 cuando los miembros de la Comisión para la Conservación de Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA-CCAMLR) se reúnan para impulsar la protección del Océano Austral en casi 4 millones de km2. a través de la creación de tres áreas marinas protegidas: En la Península Antártica, en el mar de Weddell y en la Región Antártica Oriental.
Está comprobado por la evidencia científica de experiencias de todas partes del planeta que las Áreas Marinas Protegidas (AMP) resguardan la vida marina y aumentan la resiliencia al cambio climático. En ningún lugar es más importante o urgente su establecimiento que en las preciosas aguas que rodean al Continente Antártico.
Las tres propuestas de AMP ya cuentan con un fuerte apoyo entre los Estados miembros de la CCRVMA. Pero la mayoría no es suficiente: Se necesita consenso para preservar el último gran lugar salvaje de nuestro planeta. Lamentablemente, algunos países han impedido dicho consenso durante los últimos años. El desafío que tenemos por delante, en los próximos meses, es avanzar junto a ellos para lograr el anhelado acuerdo.
Por su parte, la Argentina, Chile y España han apoyado el establecimiento de una red representativa de AMP en el Océano Austral desde el principio de estos esfuerzos.
Es así que, la propuesta conjunta de Chile y Argentina, en la que se trabaja desde 2012, está basada, al igual que las otras dos propuestas, en la mejor ciencia disponible, dirigida a conservar la Península Antártica, una de las áreas más sensibles y afectadas por el cambio climático y centro de una de las principales pesquerías del Océano Austral, la de kril antártico, que como ya hemos dicho es clave para el ecosistema antártico.
En base al extenso trabajo que ha desarrollado por años en la región, España ha colaborado con ambos países en la obtención de datos relevantes para la propuesta y para el conocimiento científico del área.
España organizará una conferencia de alto nivel en octubre para reforzar el compromiso de la UE y la comunidad internacional con la protección y conservación de los ecosistemas marinos antárticos y hará un llamado a los países miembros de la CCRVMA para que redoblen sus esfuerzos para facilitar el consenso internacional en torno a la creación de estas AMP.
Chile y Argentina serán parte de este esfuerzo común y continuarán trabajando intensamente en este desafío global, como un elemento fundamental de su política exterior y de su compromiso con el medioambiente.
Durante este 2021, en el que celebramos el 40 aniversario de la CCRVMA, es necesario que todos los miembros reiteren y resalten su compromiso con el objetivo de la Convención y qué mejor manera de señalar dicho compromiso que aprobando el establecimiento de las tres propuestas de AMP, para que las futuras generaciones tengan la posibilidad de conocer este maravilloso continente y los roles que cumple para la preservación del planeta y de la humanidad.
Teresa Ribera es vicepresidenta del gobierno de España. Andrés Allamand es ministro de Relaciones Exteriores de Chile. Felipe Solá es Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la Argentina.
Fuente: Tribuna - Clarín.com