El acuerdo de Mercosur y la Unión Europea sigue despertando opiniones por parte de las instituciones e interés y consultas por parte de nuestros lectores. Por este motivo, desde Cárnica estamos lanzando esta semana diferentes informaciones y puntos de vista para que se tenga la información más precisa y completa posible.
En esta ocasión, le pedimos a ANICE que nos hiciera llegar su valoración y esto fue lo que nos contó Giuseppe Aloisio, su director general.
“Con Mercosur se culmina un proceso quizás excesivamente largo. Pero habrá que esperar sus efectos en el medio-largo plazo. Si bien la eliminación de barreras comerciales ‘a priori’ significa nuevas oportunidades para la inversión y el empleo. Ojalá podamos ver otros acuerdos de este tipo, pendientes en otras zonas del mundo.
Los temores de muchos sectores, entre ellos el cárnico, son justificados ya que se van a producir importaciones de terceros países que pueden ser directa competencia con las producciones europeas y ahí deberá imperar con la máxima pulcritud la igualdad de trato en cuanto a requisitos de sanidad, controles en fronteras, etc. y adecuar las producciones sudamericanas a los estándares europeos, sobre todo en cuestiones medioambientales y de bienestar animal. No sería de recibo admitir productos a los que no se les exigen los mismos requisitos de producción que los europeos.
Para el sector cárnico español este acuerdo, por otro lado, significará un abaratamiento de las exportaciones a esos países, por la eliminación de aranceles que gravan los productos, haciéndolos más competitivos y accesibles para los consumidores de MERCOSUR.
Tras este acuerdo político, que deberá ser refrendado por el Parlamento y el Consejo de la UE, habrá más competencia sobre todo para carne de vacuno y ave. Brasil, Uruguay, Argentina y Paraguay son países con costes de producción y laborales más bajos que los europeos, con requisitos de sostenibilidad y de bienestar animal más laxos que los europeos y habrá que ver si se cumplen a rajatabla los exigentes requisitos de bienestar animal. dichos requisitos no pueden ser compensados económicamente. O se tienen o no se tienen.
Ante esta nueva situación, Europa deberá medir su asfixiante presión regulatoria al sector ganadero-cárnico. Ojalá llegue el momento de aminorarla. Está en juego la soberanía alimentaria y la defensa de las producciones ganadero-cárnicas europeas, las más seguras, sostenibles y de bienestar animal del mundo.