Una investigación de la Justicia mendocina por maltrato animal a mulas cargueras del Aconcagua (6.962m), reavivó la polémica respecto a si debe prohibirse que los arrieros las alquilen a empresas que operan en la montaña más alta de América.
Las mulas han estado siempre en los ascensos de altura, desde que el Aconcagua se transformó en un atractivo internacional. llevan carpas, ollas, colchones, frazadas térmicas, calentadores, luces de emergencia y hasta baterías para abastecer a los campamentos. Legalmente, sus cargas no pueden superar los 60 kilos, pero hasta la denuncia judicial, los controles eran aleatorias y no siempre se cumplía el límite.
Plaza de Mulas es el principal campamento para realizar el proceso de aclimatación a la altura. Desde noviembre a fin de marzo, deben llevar parte del equipamiento de andinistas, guías, porteadores, guardaparques, médicos, personal de cocina y técnicos que dan vida al pequeño pueblo en altura, cada verano. El 13 de enero, una inspección del Ministerio de Ambiente y Energía de Mendoza y el fiscal Gabriel Blanco, detectó que 70 mulas de un total de 300 estaban en estado de desnutrición y deterioro general.
La subsecretaria de Ambiente, Nuria Ojeda, le dijo a Clarín que evidenciaron maltrato animal y que no podía seguir el sistema de monitoreo y protección como hasta ahora. El control estaba a cargo del Colegio de Veterinarios de Mendoza, con quién existía un convenio para el programa de Bienestar Animal. Se les pagaba 9 millones de pesos por temporada, más 40 millones de pesos que recibían de una tasa impositiva que pagan los que contratan servicio de mulas. Ante las denuncias, el Colegio abandonó la tarea y, de un día para otro, el parque Aconcagua se quedó sin control. Ahora los guardaparques son los encargados.
El monitoreo de Áreas Protegidas del Ministerio de Energía y Ambiente y el Ministerio Público Fiscal determinó que hubo maltrato. Dos personas quedaron detenidas y cerca de 10 arrieros imputados por el delito de maltrato y crueldad animal (Ley 14.346) y más de 70 mulas fueron derivadas para atención veterinaria.
La fundación ambientalista Cullunche, que en otras temporadas tuvo a su cargo el control de las mulas, lleva adelante una campaña en change.org para que las saquen. "Basta de tracción a sangre en Parque Aconcagua" es el enunciado de la petición, que tiene más de 35.000 adhesiones. Antes del 2004 hemos denunciado el mal estado (...) heridas, falta de descanso, cargas pesadas, muertes, ahogamientos", dice la veterinaria Jennifer Ibarra, al frente de la fundación.
Arturo Erice Argumedo, abogado especialista en derechos de los deportes de montaña, está a favor de continuar utilizando a las mulas cargueras. "No se trata de un negocio oscuro: es una actividad tradicional que se ha ido perfeccionando durante los últimos 40 años. Los prestadores de servicios del Aconcagua realizan un exhaustivo trabajo de peso y distribución de cargas sobre los animales, adecuada a cada trayecto y animal", dice.
Fuente: Roxana Badaloni - Clarin