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Categoría: Interés general
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Publicado: Miércoles, 11 Septiembre 2024 13:08
Ampliar los horizontes ese fue siempre el camino buscado por el asesor genético Carlos Ojea Rullán. En ese rumbo, también como criador, desde hace años venía evaluando en su interior hacer un gran aporte a la ganadería argentina, por ejemplo introducir o crear una nueva raza bovina en el país.
En uno de sus viajes al exterior como jurado invitado en la Farmfair, de Edmonton, en Canadá, en 2011 con ese golpe de ojo innato le llamó la atención en la muestra unas vacas que tenían un pelaje muy particular: eran las llamadas Speckle Park.
Inquieto, ahí nomás puso en marcha una gira para recorrer cabañas en ese país donde criaban estos bovinos. A su vuelta, con la misma curiosidad de siempre, comenzó a estudiar las virtudes y beneficios de esta raza particularmente moteada. Luego de investigar y analizar en profundidad, entendió que la raza Speckle Park, más allá de su fenotipo, tenía las condiciones ideales para desarrollarse en la Argentina.
“Es una raza con mucho futuro. Fundamentalmente, me encontré que, además de su bajo peso al nacer, tenía un tamaño intermedio, que eran animales muy precoces y fértiles, mansos y con una impresionante capacidad adaptación a campos de cría”, detalló a LA NACION.
Creada en 1959 en Saskatchewan, Canadá, la base genética de Speckle Park tiene origen británico: nació del cruzamiento de las razas British White Park y Teeswater Shorthorn y luego se le sumó el Angus. Su nombre Speckle viene de su pelaje singularmente moteado, con manchas negras, blancas y grises. En tanto que Park fue tomado de una de las razas madre. Según los estudios, la British White Park ya existía en las islas en la época cuando los romanos invadieron Britania; incluso otros documentos hablan que ya estaban en el 39 A.C.
En 1985, los criadores de Speckle Park se pusieron de acuerdo y formaron una asociación de esta raza que, luego en 1993 el gobierno de Canadá otorgó su aprobación. En poco tiempo, en todo el mundo, la expansión de la raza fue vertiginosa y hoy se pueden ver rodeos consolidados no solo en ese país del norte, sino también en mercados exigentes, como Estados Unidos, Australia Brasil, Nueva Zelanda, Irlanda e Inglaterra, donde ha ganado mucha popularidad.
Pese a tener en su haber casi 150 exposiciones como jurado, al genetista le llevó 13 años convencerse de que era una raza consistente para producir en la Argentina. Sabía que fenotípicamente era ideal para el país; aun así, su manera de ser conservadora y meticulosa a la hora de tomar decisiones, lo frenaba.
Dos años atrás, en otro viaje a Canadá, observó que el crecimiento de la raza continuaba siendo sorprendente. Ahí Valeria, su mujer, fue la que finalmente lo persuadió a que lo haga. “Ya cumpliste esas tres cosas que [según el poeta cubano José Martí] tiene que hacer una persona en su vida: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. Ahora, si como criador te gustaría introducir una raza nueva que siempre lo tuviste en mente, es tu oportunidad. No la dejes pasar”, le sugirió.
Y no lo dudó más. Fue así que, para arrancar, a fines de 2022 llegaron a la Argentina unos 60 embriones de tres vacas seleccionadas de Canadá. Uno de los primeros interesarse en el proyecto fue Rubén Paesani, de Semillero Don Pedro, que le prestó las receptoras, donde luego se implantaron esos embriones en 2023. Con un gran porcentaje de preñez, en junio pasado nacieron las primeras crías: hoy los terneros ya tienen tres meses.
“Es una raza muy importante para la Argentina. Tiene un tamaño moderado, con el grado justo de precocidad. Además son animales bien profundos, bien carniceros, fértiles, con buenas conformaciones de ubre, por un lado. Por el otro lado, todos son pigmentados (pigmentación ocular negra completa, morro negro y patas y pezuñas negras). Una gran particularidad es que soportan climas extremos, tanto temperaturas de 40º bajo cero como también las altas de más de 40º, y en las dos amplitudes térmicas producen perfectamente”, describió.
En este sentido, contó que en los últimos años esa versatilidad y adaptabilidad llevó a que en Australia y Brasil, donde el clima es muy inhóspito, los Speckle Park tengan un auge fenomenal. Allí se lo cruza con las razas Brahman y Nelore.
Además de la tolerancia ambiental, un tercer punto, para Ojea Rullán, y casi el más importante, es la calidad de la carne que produce. “Es una raza que se caracteriza por una excelente calidad de sus cortes, dentro de eso se destaca una eficiencia de conversión de alimentos muy buena; un sobresaliente marbling en el producto, con grasa de cobertura ideal. En Australia le compite de igual a igual a las razas ya consolidadas, inclusive en varias pruebas, superándolas”, dijo.
Un día, cuando ya todo estaba en marcha, le comentó lo que estaba emprendiendo a Benjamín Cinque, que en ese momento estaba viviendo en Australia. Sin dudarlo, Cinque quiso ser parte del plan porque conocía lo que estaba ocurriendo en ese país con la raza.
En este sentido, contó que en los últimos años esa versatilidad y adaptabilidad llevó a que en Australia y Brasil, donde el clima es muy inhóspito, los Speckle Park tengan un auge fenomenal. Allí se lo cruza con las razas Brahman y Nelore.
Además de la tolerancia ambiental, un tercer punto, para Ojea Rullán, y casi el más importante, es la calidad de la carne que produce. “Es una raza que se caracteriza por una excelente calidad de sus cortes, dentro de eso se destaca una eficiencia de conversión de alimentos muy buena; un sobresaliente marbling en el producto, con grasa de cobertura ideal. En Australia le compite de igual a igual a las razas ya consolidadas, inclusive en varias pruebas, superándolas”, dijo.
Un día, cuando ya todo estaba en marcha, le comentó lo que estaba emprendiendo a Benjamín Cinque, que en ese momento estaba viviendo en Australia. Sin dudarlo, Cinque quiso ser parte del plan porque conocía lo que estaba ocurriendo en ese país con la raza.
Hace un mes, Ojea Rullán trajo semen para hacer cruzamientos con vacas británicas e ir midiendo lo que rinden los novillos. La idea es que los mismos socios, que también son engordadores de novillos, vayan mostrando los resultados. Además, en breve, estará trayendo unos 240 embriones más para que cada uno de los socios empiece con la raza.
“Si el producto final resulta como en Australia y Canadá, la raza va entrar en el ganadero argentino y se va imponer por su propio peso, por la calidad de carne que tiene. Cuando la gente lo pruebe y vea los resultados lo va a tomar”, subrayó.
Si bien en el futuro su sueño es estar en la Exposición Rural de Palermo con sus ejemplares, sabe muy bien, con un trabajo que anualmente influye en más de 300.000 vientres de diferentes razas de carne, que los tiempos de la ganadería no son inmediatos y que debe estar afianzada como raza para hacerlo.
“Vamos a hacer todo lo necesario para que, si la raza funciona, tenga sus posibilidades de multiplicarse. Es un gran orgullo poder ser los introductores de una raza bovina en la Argentina y devolver algo de lo que he aprendido en todos estos años”, finalizó.
Fuente: Mariana Reinke - LaNacion.com.ar