1897 - 2024

127º Aniversario - Trayectoria y excelencia al servicio de la profesión.

Interés general

Destacado por descubrimientos para tratar el cáncer, un médico argentino logró un gran avance

El doctor Felipe Maglietti creó una terapia oncológica basada en la electroporación; habla de ciencia, artes marciales y avances.

Tengo café común o uno de Colombia que me regalaron”, dice Felipe Maglietti, mientras invita a pasar a su consultorio en la calle Mansilla. Es un departamento amplio, con un decorado sobrio y en la sala de espera no hay televisión, solo unas revistas de interés general. Maglietti es un médico joven (39 años). El campo académico ha destacado sus investigaciones para tratamientos oncológicos y su último galardón lo obtuvo en 2022, en el Congreso Mundial de Electroporación que se desarrolló en Dinamarca. En ese encuentro recibió un premio a la medicina aplicada por los aportes que realizó para fomentar una terapia innovadora basada en la electroporación, destinada a tratar el cáncer.

“Es una tecnología que, a partir de la aplicación de un campo eléctrico, puede abrir poros en las membranas celulares. Es lo que se llama una plataforma tecnológica y se utiliza con diversos fines: industria alimentaria, procesamiento de alimentos, biología y en medicina. Dentro de la medicina, entre todas sus variables, se usa para el tratamiento de tumores. Lo que se logra es que esos poros de la membrana celular permitan la entrada de la quimioterapia sin tantos efectos adversos. Este tratamiento se utiliza de forma rutinaria en Europa desde 2006 y en nuestro país desde 2020″, explica a LA NACION.

Y agrega: “Es una terapéutica que constituye un escalón más de tratamiento, cuando las terapias convencionales no funcionaron. Si el paciente tiene un cáncer, comienza con una primera línea de tratamientos. Puede ser cirugía, quimioterapia, radioterapia, la opción que sea. Si no tiene buena respuesta con eso, o la propuesta de tratamiento le resulta inaceptable, la opción es hacer electroquimioterapia. Por ejemplo, en algunas terapéuticas el paciente tiene un tumor en la oreja y hay que cortarla, pero el paciente rechaza esta opción por más que se cure, la electroquimioterapia es una opción con muy buenos resultados”.

Maglietti es doctor en medicina Summa Cum Laude de la Universidad de Buenos Aires e investigador del Conicet en la Fundación Barceló. En 2009, justo antes de terminar su carrera universitaria, empezó a investigar sobre esta terapia con electroporación, junto con un equipo interdisciplinario integrado por veterinarios, ingenieros, biólogos, matemáticos, químicos y presencias internacionales, como el catalán Luis Mir, que descubrió esta técnica de tratamiento.

“Trabajamos varios años hasta que logramos introducirlo en la medicina veterinaria junto con Matías Tellado, el veterinario del grupo de investigación. Ahí tratamos perros y gatos con tumores espontáneos y empezamos a notar excelentes resultados. Luego de varios años de publicaciones en oncología veterinaria surgió la posibilidad de que la empresa nacional Biotex desarrollara el primer electroporador de grado médico de toda la región de América Latina y con la aprobación de la Anmat. Así empezamos a tratar pacientes humanos en 2020″, especifica.

¿En qué centros se reciben los tratamientos? Está disponible en el Hospital Ramos Mejía –”tiene su propio electroporador, que se compró por un proyecto del Ministerio de Ciencia”–, en el hospital Petrona Cordero de San Fernando, el Instituto Ángel H. Roffo, y dentro de los privados, se está desarrollando en el Sanatorio Otamendi y la Clínica Adventista de Belgrano. “Antes, cuando un paciente nos escribía por este tratamiento, teníamos que decirle que debía viajar a España, Francia o Portugal, pero hoy en día tengo la satisfacción de poder decir que pueden ir al hospital Ramos Mejía o al Cordero. Sin nada que envidiarle a ningún centro europeo”, dice.

Su expectativa es que en poco tiempo pueda desarrollarse a nivel nacional. “Estamos en contacto con médicos de Santa Fe, Misiones, Río Negro, que tienen interés en adoptar esta tecnología. La capacitación está; los equipos, también. Es cuestión de que vaya recibiendo la difusión que se merece”, dice y argumenta sobre algunos de sus beneficios.

“La electroquimioterapia, más allá de lo novedoso, permite ahorrar recursos. Es ambulatorio y en una sola sesión muchas veces se resuelve o disminuye ese tumor. Mi proyección es que esté en todas las provincias”. Y sostiene que “con este tratamiento, uno suele tener una tasa de respuesta del 80%. Eso quiere decir que los tumores desaparecen o se reducen, como mínimo, un 50% del tamaño inicial”.

Maglietti practicó varias artes marciales. Principalmente, karate y pakua. “Esta última la hago hace 27 años. Siempre me gustaron las artes marciales, no solo por la disciplina, sino por la parte filosófica. Cultivan el autocontrol, el respeto”, dice. Le interesa, también, por la posibilidad de enfrentar situaciones “con otra seguridad. Cuando una persona sabe defenderse, inmediatamente tiene una actitud más segura de sí misma. Por otro lado, tener el conocimiento de una disciplina que te da cierta fortaleza y capacidad de agredir hace que se desarrolle tu capacidad de controlarlo y ser responsable con eso que sabés”.

El doctor comenzó a dar clases de artes marciales en el año 2000. Los primeros alumnos eran todos amigos suyos. “Desde ahí no paré nunca más. La constancia hace que la mayoría de las cosas sucedan. Uno puede tener muchos talentos y destrezas, pero si no tiene constancia es difícil acceder. En la ciencia es igual. La constancia de estar trabajando, pensando y desarrollando es lo que te lleva a realizar nuevas cosas, a crecer y avanzar. Si uno ante la primera dificultad se amilana y cambia, pierde posibilidades. Por supuesto que, si uno se da cuenta de que el camino no es el correcto, tiene que cambiar; pero si está convencido, la constancia es el arma más fuerte que puede esgrimir”.

Maglietti coordina un grupo de investigación en la Fundación Barceló, donde se sigue desarrollando esta forma de tratamiento con el objetivo de que se pueda aplicar en varias ramas de la medicina. “Próximamente en cardiología”, adelanta. Además, capacita a médicos que quieran indicarlo o directamente hacerlo. “Lo novedoso es que ahora hicimos la primera edición del curso de capacitación para poder hacer e indicar la electroquimioterapia como tratamiento. Una vez que el médico está en conocimiento de esta herramienta, se trata de que la institución decida incorporar el equipamiento y listo”, explica.

Ha recibido varias propuestas de otros países para viaje a investigar y desarrollarse científicamente, pero siempre las rechazó convencido de que acá también iba a poder hacerlo. “Es una gran satisfacción investigar en mi país y devolver todo lo que invirtió en mí en materia de formación y de recursos. Qué mejor forma de retribución que quedarme acá y desarrollar una tecnología que está solo en Europa, y que, gracias al trabajo de todo el grupo de investigación, ahora somos el primer y único país de la región que cuenta con este tratamiento”, dice.

Y tras algunos segundos de silencio, agrega: “Investigar en la Argentina es algo perfectamente posible. El Conicet es un organismo de ciencia muy prestigioso a nivel latinoamericano y mundial. Si no me equivoco, está primero en América latina y número 80 en el mundo. Es una jerarquía muy importante a nivel publicaciones”.

–¿Se nota mucha diferencia entre los médicos de “antes” y los de “ahora”?

–Las realidades de los médicos en la Argentina son muy diversas. Por un lado, está el médico de un hospital público, día a día peleándola con la escasez de recursos y, por otro, el médico que trabaja con los máximos recursos que pueda disponer. Más allá de eso, mi percepción sobre esta profesión es la de contar con el conocimiento suficiente para poder ofrecer al paciente lo que mejor se adecúe a sus necesidades. Por supuesto, sin perder de vista que hay tratamientos de primera línea, pero el paciente es un individuo. Tiene expectativas, miedos y, muchas veces, una opción de tratamiento puede ser muy buena, pero no es la mejor para ese paciente. Cuando uno maneja o domina la especialidad que le toca, puede establecer un abanico de posibilidades, perspectivas y contención. Muchas veces las enfermedades tienen cura y otras no, pero el hecho de estar en contacto con esa persona que está preocupada, buscando una solución, genera alivio. El afecto y la contención que el médico tiene que brindar día a día es muy importante. Más que una palmada en la espalda es una contención calificada, es una palabra de aliento, pero con un fundamento y un respaldo científico atrás.

– Entonces, ¿se fue perdiendo la calidez humana entre el médico y el paciente?

–Nuestro país, lamentablemente, se caracteriza por retribuir económicamente mal a los médicos. No de todas las especialidades, por supuesto. Muchos saben administrarse económicamente y ganar dinero. No estamos hablando de lucrar, estamos hablando de ganar un sueldo digno y de atender a un paciente con el tiempo que corresponde. Creo que ningún médico está feliz de atender un paciente en cinco o diez minutos y despacharlo. A veces es una necesidad que viene dada por una altísima demanda. En un hospital público, donde hay cientos de pacientes, la atención exige que sea más rápida, cuando lo ideal sería tener el doble o el triple de médicos con sueldos adecuados, entonces ahí cada médico podría dedicar más tiempo en la atención.

Maglietti pregunta si el café está muy caliente. Ofrece galletitas. Antes de responder cada pregunta, se detiene unos segundos y piensa. Habla con orgullo de la vocación que eligió, aunque confiesa que al principio estuvo en duda con la carrera de ingeniería electrónica. Hasta decidirse del todo, hizo las dos carreras en paralelo, pero en tercer año de ingeniería plantó bandera y se quedó en medicina.

Pero no solo le confiere tiempo a la investigación y a su profesión de médico, también es maestro de pakua, el arte marcial de origen chino que propicia el fortalecimiento de los valores, la disciplina mental, la autoconfianza y el respeto por los demás. “Cuando tenés que esquivar una patada o una piña, te olvidás de todos lo problemas por un rato”, bromea. En su clase hay varios alumnos y ahí también aconseja sobre aspectos saludables que fomenten la armonía con la salud y la mente. Al hablar, las miradas van hacia él.

Antes de despedirse para no llegar tarde a la clase de pakua, recuerda una conversación familiar con la que termina de explicar la elección de su vocación. “Cuando hablaba con mi mamá le decía que quería ayudar a la gente y me pareció que la mejor manera era desde la salud”.

El aprendizaje en la Fundación Barceló
La relación de Maglietti con la Fundación Barceló tiene un arraigo particular. Conoció a Adrián Barceló, hermano de Héctor Alejandro Barceló –director de este proyecto que suma más de 50 años– por intermedio de su madre, gracias a una amistad que nació cuando cursaba el ingreso a la Facultad de Medicina. “Él (se refiere a Adrián Barceló) fue su profesor en ese curso y ahí se hicieron amigos”, cuenta.

Cuando la madre de Maglietti vio que su hijo se encaminaba a estudiar medicina, le presentó a Adrián Barceló y, al conocerlo, no dudó sobre la profesión que había elegido.

Se encontró en un lugar con una profunda vocación de formación médica, con sólidas bases científicas y raíces humanas. “Él me apadrinó la carrera –explica Maglietti sobre Barceló– y me orientó desde antes de que estudiara medicina. Después surgió la posibilidad de empezar como investigador en su facultad y ahí empecé a trabajar”, recuerda.

En sintonía con la explicación de su arraigo con este lugar, aprovecha para dejar una aclaración que profundiza el compromiso que maneja la institución por el desarrollo científico, la promoción de la salud y la prevención de las enfermedades: “Siempre me facilitaron todo. Desde ahí, el desarrollo de la técnica tuvo un impulso muy grande”.

Fuente: Gustavo Grazioli - Lanacion.com.ar

La importancia de contar con perros adecuadamente entrenados en rescate de personas sepultadas

Derrumbe en Caballito: dos personas murieron y el operativo de búsqueda se reanudará este viernes

El incidente se produjo sobre calle Pedro Goyena al 500. Los bomberos y el SAME trabajaron en el lugar. El operativo seguirá a primera hora del viernes.

El Gobierno de la Ciudad confirmó que dos personas murieron en el derrumbe de una obra en el barrio de Caballito. Se trata de una mujer de 75 años y un hombre de 80. Los bomberos y la Policía desplegaron un amplio operativo que se extendió hasta la noche del jueves. Este viernes se reanudará la búsqueda.

El incidente se produjo este jueves al mediodía, horas antes del diluvio, sobre la calle José María Moreno y Pedro Goyena. Se trata de una obra en construcción que cedió y provocó la caída de la medianera, lo que afectó una vivienda contigua.

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En el PH, que tiene 14 departamentos, los bomberos encontraron sin vida a Nélida, una jubilada de 75 años, y a su hermano Ramón, de 80. Vivían en el primer piso y fueron encontrados debajo de los escombros.

Los bomberos y policía de la Ciudad trabajaron en el lugar. (Foto: TN /Agustina Ribó)
En tanto, un vecino de 80 años tuvo que ser trasladado al Hospital Durand tras sufrir una crisis de nervios.

Los bomberos desplegaron un amplio operativo de búsqueda, que contó con la ayuda de perros entrenados. “Hasta que no se remuevan todos los escombros, no se va a saber si hay más víctimas”, señalaron desde el Gobierno.

“Mañana en la mañana se va a continuar la búsqueda luego de la puntalamiento de la estructura que quedó. Nuevamente, irán los perros K9 de Bomberos, el grupo especial de rescate y posiblemente la división Perros de la Policia De La Ciudad a verificar que no haya ninguna otra víctima bajo los escombros del derrumbe”, añadieron.

Los bomberos buscan a más personas. (Foto: TN /Nicolás González)
Fuentes oficiales informaron además que en la obra estaban trabajando un grupo de ocho obreros que fueron rescatados y que no sufrieron heridas graves.

Según contaron los vecinos a TN, habían denunciado varias veces que el pozo que se estaba cavando no contaba con las medidas de seguridad y advirtieron que esto podía ocurrir.

Sin embargo, desde el Gobierno porteño informaron que la obra estaba registrada, con permiso vigente. Se inició en agosto de 2023 y estaba en la etapa de excavación. La Agencia Gubernamental de Control la inspeccionó por última vez el 5 de diciembre.

En diálogo con TN, el titular del SAME, Alberto Crescenti, contó que el derrumbe “afectó a dos propiedades de casas de bajo, una horizontal de dos plantas que tiene 40 metros de fondo. Al lado hay un pozo de construcción y un edificio lindero que fue evacuado”.

Los bomberos buscan a más víctimas con perros adiestrados. (Foto: TN /Lele Heredia)
Además, contó que 14 personas fueron asistidas, entre ellos 2 menores que “no sufrieron heridas” y que fueron atendidos por el equipo psicólogo y psiquiátrico.

Fuente: Tn.com.ar

Vecinos piden Prohibir la Tracción a Sangre en Capitán Bermúdez

Vecinos de Capitán Bermúdez, Santa Fe, están indignados ya que todavía existe la tracción a sangre en su municipio."No podemos permitir que se sigan maltratando animales inocentes. No nacieron para sufrir ni para ser esclavos." Para que se PROHÍBA esta práctica TAN CRUEL

Soy una residente de Capitán Bermúdez y amo profundamente a los animales. Me duele ver cómo se les somete a tracción a sangre, una práctica cruel e inhumana que no debería existir en nuestra sociedad moderna. Las leyes ya existentes, como la Ley Sarmiento, protegen contra el maltrato animal, pero necesitamos hacer más para asegurarnos de que estas leyes se apliquen y se respeten.

En Argentina, hay aproximadamente 200.000 caballos utilizados para tracción a sangre (Fuente: Fundación Franz Weber). Estos animales sufren condiciones extremas de trabajo y maltrato físico diario. Es hora de poner fin a esta práctica en nuestro amado Capitán Bermúdez.

Es esencial que nos unamos como comunidad y hagamos oír nuestras voces por aquellos que no pueden hablar por sí mismos. Por favor firmá esta petición para prohibir la tracción a sangre en Capitán Bermúdez. Juntos podemos marcar la diferencia.

Ver más o firmar la petición en Change.org

Los perros y las leyes

La hipótesis es esta: es posible entender la adhesión a las normas de un país mirando la actitud de los tutores de mascotas por las calles.

 

Una hipótesis debe ser audaz. Aquí va una: es posible detectar en un país el nivel de adhesión y respecto de la ciudadanía a las leyes a partir del ejercicio de observar el comportamiento de las personas con sus mascotas por las calles. ¿Exagerado? Tal vez. Veamos.

Suecia es uno de los países menos corruptos del mundo. Por lo menos, su población así lo percibe, según el índice elaborado por la Organización para la transparencia Internacional. En 2023, fue el sexto país menos corrupto; en otros momentos, está mejor ubicado. Pero en definitiva, nunca abandona la punta de naciones se asumen que las leyes están para ser cumplidas.

La escritora argentina, que reside en Estocolmo, Virginia Higa ha dedicado algunos párrafos de su hermoso libro El hechizo del verano (Sigilo) a observar la relación de los suecos con sus mascotas.

Silencioso se dice tyst
Primero, cuenta que los perros son sumamente silenciosos: "Viajan en el transporte público y no ladran nunca, y cuando lo hacen, la gente se da vuelta para mirarlos. Silencioso se dice tyst, que suena a chistido, y en mi opinión debería pronunciarse siempre con un dedo cruzado sobre los labios".

Luego, cuenta que los perros suecos pasean por la calle con sus dueños, "casi siempre con correa, aunque he visto algunos que van sueltos, sobre todo en las afueras de la ciudad, y no son como los perros a los que yo estaba acostumbrada. En las ciudades del interior argentino, los perros sueltos son una amenaza: persiguen eternamente bicicletas y motos, causan accidentes de tránsito, mordisquean los tobillos de los que salen a correr y asustan a los niños".

Y además señala que no hay en Suecia perros callejeros: "La existencia perruna es tan funcional y ordenada como la de los humanos con los que conviven. Hay guarderías para perros; también hay escuelas donde se los educa. No es posible adoptar un cachorro. Los perros se venden y se compran, y el precio es altísimo. Un día le pregunté a mi profesora de sueco por qué no era posible adoptar un animal. Me respondió lo siguiente: la gente, cuando tiene que pagar por algo, se lo toma más en serio".

En el índice que lista a los países por la corrupción que sus habitantes perciben, la Argentina se encuentra en el puesto 98 sobre 180 naciones. Comparte la zona media con Albania y Bielorrusia, arriba, y Etiopía y Gambia, abajo.

Cualquier persona que cuide de una mascota en la Ciudad de Buenos Aires, por caso, sabe que la normativa siempre aplica a los otros y nunca al perro propio. "Lo llevo suelto porque es bueno". "No levanto la caca porque justo no tengo bolsita". "No anoté a mi rottweiller porque es mansito". "Paseo 10 perros porque son chicos". "Crío caniches en un departamento porque no ocupan mucho". Una hipótesis debe ser audaz. El respeto a las leyes se basa en el respeto a la comunidad. Y las normas son para todos.

El joven que se apasionó por las hormigas y busca descifrar su impacto en los suelos y en los cultivos

Julián Sabattini es ingeniero agrónomo, científico del Conicet, y desde hace 14 años estudia la cronobiología de estas especies y su impacto en la agricultura; trabajó desde el norte de Brasil hasta el sur de la Argentina.

Julián Sabattini (34) despejó la duda que en algún momento todos, quizás, nos hemos planteado: ¿a dónde llevan las hormigas las hojas verdes que transportan en equipo a través de los estrechos caminos que hacen?. El joven de Paraná, Entre Ríos, es ingeniero agrónomo, investigador del Conicet y docente universitario, y hace 14 años decidió estudiar el comportamiento de las “hormigas cortadoras” con una tecnología de alta generación. Comenzó, como muchos, con un sistema manual de conteo con el que se pasaba hasta 24 horas observando los nidos, hasta que creó un software y un hardware para facilitarlo. Lleva analizadas miles de millones de hormigas desde el norte de Brasil hasta el sur de la Argentina, para saber cómo impactan en la biogeografía de los suelos y los sistemas agrícolas.

“Con mi papá [Rafael] nos sentamos y vimos cómo las hormigas transportaban hojas. Comenzamos a preguntarnos si lo que transportaban era mucho o poco, porque queríamos saber el impacto que generaban estos herbívoros dentro de la cadena trófica. Queríamos saber si lo que cortaban era igual a la cantidad de pasto que come una vaca por hectárea por año, porque esta era la teoría”, comienza a relatar el joven que estudia a estos insectos desde 2010. En el campo de la familia tiene una reserva de hormigueros.

La duda quedó planteada desde entonces y tres años después llegaron a la conclusión de que el consumo de las hormigas es “despreciable”, es decir, es ínfimo respecto de lo que consume una vaca. “Uno tiene esa sensación porque son millones de bichitos que están cortando y transportando las hojas. Llegás a un punto que estás a contra luz, ves las veredas verdes, senderos verdes de hojas que cortan, pero el consumo no es tanto. El valor no supera el 10% de la producción de pasto de un pastizal natural de la Mesopotamia”, sostuvo.

El estudio de la cronobiología de estas especies lo comenzó junto a su padre, un exdocente de la cátedra de ecología de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Entre Ríos. Allí fue donde padre e hijo se percataron que normalmente el conteo y estudio se hacía de forma manual para entonces. “Yo me quedaba 24 horas, día y de noche. Cada cinco minutos le sacás lo que lleva las hormigas, eso después lo pones en frascos que van al laboratorio, lo pesás y se hace la gráfica diaria. Lo hice durante tres años, hasta que me pregunté si no había algo más fácil”, añade.

El joven desarrolló un dispositivo para hacer el conteo de las hormigas cortadoras y con el tiempo se percató de que el Software era aún más potente y no hacía solo tareas de conteo, sino que era capaz de ejecutar más acciones. “Permitía saber cómo linkear o relacionar la actividad locomotora de las hormigas con variables que sean climáticas”, explicó. Sobre la hipótesis de que las hormigas predicen el clima, asegura que es una idea “muy tomada de los pelos”.

“Con el equipo llegamos a la conclusión que las hormigas no se mueven o dependen de la temperatura o la humedad. Tienen un pri-genético interno [una programación genética] que en determinadas épocas del año salen y cortan en determinados horarios; están programadas, son como robots programados que cortan todo en diferentes épocas del año y a diferentes horarios. Y ese quiebre de las horas determinó cuándo cortan en verano: de noche. En invierno, durante el día, pero está seteado. No está determinado por alguna variable microclimática o mesoclimática”, planteó.

El experto mide los impactos de daños que pueden ocasionar las hormigas en los cultivos agrícolas y está detrás del impacto biológico y ambiental. “Buscamos entender por qué determinados grupos están en determinados lugares y no en otro, queremos saber cuáles son los puntos críticos que hacen que esas hormigas estén o no estén”, precisó.

Además, estudió la estructura donde se albergan las hormigas, la profundidad de los nidos, su tamaño y objetivos. Todo esto para saber si se mueven de acuerdo con la particularidad de los suelos. En el mundo se conocen 50 especies de hormigas cortadoras de hojas y más de 1000 de otras especies. En la Argentina hay diferentes equipos de científicos que investigan el comportamiento de las hormigas, a lo largo y ancho del país. Desde Alemania, un científico argentino es el pionero de la biología experimental y la fisiología del comportamiento animal.

Sabattini hizo una especialización en recursos forestales en Corrientes, y durante su carrera estudió Ecología Vegetal. A través del nexo empresarial de la familia, cuya actividad económica es la ganadería, decidió analizar el comportamiento de estos animales en la agricultura. En el Conicet estudió el programa Líneas de Fortalecimiento y Temas Estratégicos.

El científico explica que hay dos géneros de especies de hormigas cortadoras: Atta y Acromyrmex. De estos últimos los nidos son más pequeños, que se hace con paja y los nidos son subterráneos. Los nidos de Atta tienen hasta ocho metros de diámetro y un metro de alto. “Eso lo hacen las hormigas con el movimiento de los suelos. Estos tienen entre 30 y 40 caminos en formas circulares, como las agujas del reloj. El camino más largo que medí tenía cerca de 210 metros, desde que salen del nido hasta buscar el forraje”, completó.

Hasta ahora, lo que se desconoce es la cantidad de veces que sale una hormiga del nido a buscar el forraje. Las hormigas cortan vegetales: hojas, flores, frutos y tallos para alimentar al hongo simbiótico. Se alimentan de las larvas iniciales, las obreras menores y mayores. Estas últimas sobre todo de los exudados de los fragmentos vegetales.

“Lo hacen varias veces en el día, todavía no sabemos cuánto. No son colonias chicas, son millones y sus nidos tienen casi seis metros de profundidad y mueven un volumen de tierra entre 6 y 10 toneladas por año. Continuamente están moviendo porque tienen que generar condiciones adecuadas para que el hongo que cultivan bajo tierra no le genere una condición de pérdidas de oxígeno. Ellas hacen torretas de ventilación que son utilizadas para que el aire ingrese a la colonia por difusión pasiva de gases, pase a la colonia y pueda haber una fusión entre el dióxido de carbono y el oxígeno”, afirmó.

Fuente: Belkis Martínez - LaNacion.com.ar

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Curiosidades

Los 10 principales avances médicos de la Edad Media

Todavía la percepción que el ciudadano medio tiene sobre la Edad Media es la de que fueron tiempos oscuros, con multitud de calamidades, poblaciones analfabetas y un retroceso sustancial en cuanto a los avances médicos que la Antigüedad había aportado. Todo ello no son más que apriorismos que colocan en un puesto de inferioridad a los tiempos medievales respecto a otros momentos de la Historia. Sin embargo, un análisis detallado nos revela que en el Medievo surgieron muchos de los logros de la Medicina que todavía hoy están vigentes. Aquí están los 10 principales avances médicos de la Edad Media.

1. Hospitales
En el siglo IV de nuestra era el concepto de hospital, es decir, un lugar donde los pacientes podrían ser tratados por los médicos con equipamiento especializado, estaba en su embrión en algunos lugares del Imperio Romano.

Más tarde, en Occidente, los monasterios fueron los centros donde surgieron los primeros hospitales para dar servicio a los viajeros, transeúntes y pobres. Mientras, en Oriente, en el mundo árabe, los hospitales surgieron en el siglo VIII.

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