Vacunación Pre exposición contra la Rabia
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- Categoría: Interés general
- Publicado: Martes, 29 Agosto 2023 11:55

Los autores inciden en la importancia de vigilar las especies animales capaces de albergar el virus en las que pueda evolucionar y generar nuevas variantes con mayor capacidad de transmisión o mayor virulencia.
Tres años y medio después de la emergencia del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la pandemia de COVID-19, sigue sin estar claro su origen animal y cómo se produjo el salto a los humanos. No sólo es necesario investigar la especie o especies animales responsables del origen del SARS-CoV-2, también es imprescindible determinar qué otras especies pueden ser reservorios y hospedadores intermediarios en los que el virus puede evolucionar y generar nuevas variantes con mayor capacidad de transmisión a humanos y, potencialmente, con una mayor virulencia.
Las especies animales susceptibles de albergar establemente el SARS-CoV-2 deberían ser sistemáticamente identificadas y monitorizadas para vigilar la evolución del virus y su capacidad zoonótica. Hasta el momento, se ha demostrado directa o indirectamente la infección de 34 especies de mamíferos en 39 países de todo el mundo.
La especie con mayor número de notificaciones de infección es el ciervo de cola blanca (Odocoileus virginianus) en EE.UU. y en Canadá. Esta especie abunda en Norteamérica y despierta preocupación ya que su interacción con las poblaciones humanas suele ser estrecha y frecuente. De hecho, se ha demostrado que la mayoría de los casos estudiados se han originado por transmisiones desde personas infectadas, aunque luego el virus puede diseminarse entre las poblaciones de ciervos. No se descarta que, a su vez, los ciervos puedan transmitir el virus a las personas o a otras especies animales. Sin embargo, todos los intentos de encontrar evidencias de infección de cérvidos con el coronavirus en otras partes del mundo distintas a Norteamérica han resultado infructuosos hasta ahora.
En un trabajo resultado de la colaboración del Dpto. de Biotecnología Animal del INIA-CSIC y el Dpto. de Microbiología de la Facultad de Medicina Monte Sinaí de Nueva York y publicado recientemente en la revista Transboundary and Emerging Diseases, se documentan varios casos de infección con el SARS-CoV-2 en dos especies de la familia Cervidae en España: el gamo (Dama dama) y el ciervo rojo (Cervus elaphus).
Antes de las Investigaciones. ¡de Jane Goodall, los animales. eran sólo unas bestlas. Hoy se sabe que los chimpancés, entre otras especies, son Inteligentes y hasta tienen sentimientos.
La relación entre humanos y animales está retratada hasta el hartazgo en decenas de documentales. Se puede ver al pulpo maestro ya su alumno buzo, a las ballenas y su vida familia, que incluye algunos culdadores humanos, y hasta pingüinos caminando a la codo a codo junto a sus guarda faunas. Este siglo, como ningún otro, pone el acento en este tipo de vínculos. Pero no siempre fué así. Hubo un comienzo, un Big Gang. Y como los albores de la humanidad, también tuvo como escenario la biodiversidad apabullante de África.
A ese contineente llegó Jane Goodall, una primatóloga que en abril cumplicá 90 años, cuando tenía apenas 23. Criada en una casa al sur de Inglaterra, creció redeada de animales y alientando el sueño de escribir sobre esa región del mundo. Cuando viajó a Kenia y consiguió unirse al equipo del antopólogo Luis Leakey, empezó a reunir las primeras ideas. Pero la verdadera aventura arrancó en 1960, cuando el mismo Leakey la envió al Parque Nacional Gombé, en Tanzania, para estudiar el comportamiento de los chimpancés de esa zona.
Todaví no tenía una formación académica rigurosa en ese campo. Quizá por eso empezó a trabajar despojada de preconceptos, y lo primero que hizo fue innovador: no nombró a los animales con números. Les puso un nombre, como a los humanos. Y empezó a observar.
Hasta ese momento, la humanidad consideraba a los animales como bestias si ningún atisbo de inteligencia o sentimientos. Goodall fue la primera en documentar, de manera científica, y divulgar que los chimpancés usaban herramientas para, por ejemplo, obtener sus alimentos; podían reconocer rostros diferentes tenían estructuras familiares y eran capaces de tener sentimientos y emociones. Los años que pasó en Gombé también le permitieron conocer el lado oscuro de estos primates. Que por supuesto lo tienen: son los pariente vivos más cercanos a la especia humana. Hoy , la ciencia sabe que con ellos se comparte el 99 por ciento del ADN. Genéticamente son "practicamente" lo mismo.
Tal vez por eso los chimpancés son capaces de armar guerras y pueden ser muy sanguinarios. Como los humanos.
El legado de Goodall excede sólo entender mejor a los chimpancés. Ella revolucionó el modo de observar a los animales. Los sacó del casillero de bestias. Y expandión en el siglo XXI ideas que contribuyen a tratarlos mejor. Eso es otro comienzo.
Fuente: Eliana Galarza - Revista Viva
Un equipo desarrollado por los rusos que tras la disolución de la URSS se perfeccionó en Estonia produce un poderoso desinfectante en base a la lógica de los glóbulos blancos. El INTA y una empresa lo potenciaron. Ahora que todo está puesto en duda, ¿cómo funciona la articulación público-privada?
Puesto ante un tablero de control, el ingeniero electrónico por la UBA José Mazzitelli descubrió, junto a un grupo de médicos, que los ataques asmáticos se producían de noche y que los afectados debían trasladarse a los hospitales a esas horas para nebulizarse lo que agravaba su situación. Así nacieron los nebulizadores caseros.
Fue un éxito con ventas al alza y se entusiasmó con la exportación. Llegó a Moscú antes de la disolución de la URSS, pero en vez de vender nebulizadores descubrió un aparato que por una combinación de agua y sal común con el pasaje de la electricidad elabora un desinfectante inocuo, orgánico y de máximo poder.
Curioso. La entonces URSS lo había desarrollado para sus exploraciones espaciales y el dispositivo estaba guardado como si se tratara de un secreto de Estado en un subsuelo que supo pertenecer a la KGB.
El rol del INTA
Cuando años después quiso replicarlo tuvo que ir a Estonia y con la indispensable ayuda del INTA lo adaptaron a las necesidades argentinas. “Funcionó”, dice Mazzitelli a Clarín.
Ahora que todo parece estar puesto en duda este es uno de los ejemplos que afloran como muestra de la articulación público- privada. Argentina tiene una de las peores tasas de inversión en investigación y desarrollo de la región: menos del 0,3% del PBI cuando se duplica en el vecino Uruguay y se triplica en Brasil.
Pero hay algo que nos salva de una catástrofe en la era de la inteligencia artificial y es la iniciativa de los científicos y empresarios innovadores que no bajan la guardia.
En el equipo que produce el poderoso desinfectante, el agua y la sal común a través de la corriente eléctrica y vía membranas nanotecnológicas surge el ácido hipocloroso que es lo que segregan los glóbulos blancos del organismo humano para combatir las infecciones.
“Es un material desinfectante de alta potencia que elimina los microorganismos, es orgánico y tiene un poder que duplica al de la lavandina”, explica Mazzitelli.
De los tambos a los cerdos y el tomate
Con el INTA lo desarrollaron para la limpieza de maquinaria, los frigoríficos,los tambos en Carlos Casares y ahora para los criaderos de cerdos.
“Esa putrefacción en los productos se debe, en gran medida, a la presencia de carga microbiana en la superficie de los mismos. La carga se verifica en todo el ciclo de vida luego de la cosecha, por el manipuleo, presencia de gérmenes en el aire y contacto con superficies contaminadas”, amplía.
“ Dentro de las posibilidades para enfrentar esta problemática se encuentra la aplicación en poscosecha de ácido hipocloroso, un producto de las aguas electroactivadas, con amplia difusión en Europa, Estados Unidos y otros mercados. Es eficaz como biocida de bajo costo, nula huella tóxica, sin riesgos operativos. Y presenta la posibilidad de producirlo en el lugar”, nos contó.
En base a un convenio de vinculación tecnológica con el INTA y su Instituto de Alimentos en Castelar realizaron una investigación sobre el aumento de la vida útil en los tomates, una de las hortalizas de mayor volumen de producción y presencia en los hogares.
Y allí se probó el desinfectante con resultados sorprendentes. Lo cierto es que del tomate también saltó a hoteles ecológicos como el de Tafí del Valle en Tucumán y el de los Cocos en Córdoba. Lo emplean en numerosas empresas de servicios de limpieza. Y ya suplanta en los cultivos a los pesticidas químicos.
Pero una de sus aplicaciones más masivas es el tratamiento de efluentes junto al INTA. Esto se llama ciencia y articulación público-privada.