La alerta fue emitida por el Ministerio de Salud de la Nación, luego de que dos monos murieran por fiebre amarilla en el municipio brasileño de Palma Sola, a 30 kilómetros de la frontera argentina.
El Ministerio de Salud de la Nación emitió la alerta, luego de la publicación del Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud del Estado de Santa Catarina (Brasil), el 7 de abril pasado, que indica la presencia de una epizootia -el desarrollo de una enfermedad en varios ejemplares- confirmada por fiebre amarilla en el municipio brasileño de Palma Sola, a 30 kilómetros de la frontera argentina, a la altura del Parque Provincial Piñalito.
Por su parte, Misiones lanzó un operativo de vigilancia sanitaria en San Pedro, Andresito y San Antonio, localidades argentinas lindantes con Brasil, tras confirmar la muerte en el país vecino de dos monos por fiebre amarilla. Entre las acciones iniciadas por la provincia, los promotores de salud realizan un rastrillaje en los tres municipios fronterizos para constatar la vacunación antiamarílica y así avanzar en la aplicación de dosis a quienes no estén inmunizados.
En tanto, el Ministerio de Ecología de Misiones pidió a los guardaparques que controlen las poblaciones de monos, que son los primeros infectados por el virus.
La ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, encabezó este miércoles 21 de abril un encuentro de equipos técnicos de las áreas de epidemiología, inmunizaciones, zoonosis y vectores con el objetivo de intensificar la vigilancia de la fiebre amarilla en la zona.
“Es fundamental seguir desarrollando acciones más allá de la enfermedad COVID-19”, indicó Vizzotti, en la apertura del encuentro y destacó la importancia de sostener las tareas de prevención en territorio para poder contar con alertas tempranas en articulación con los ministerios de Salud de Misiones y Corrientes, como así también de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación y las organizaciones de la sociedad civil.
El compromiso del Ministerio de Salud de la Nación es generar acciones concretas que ya se han realizado como fortalecer la vacunación contra la fiebre amarilla en zonas de riesgo y la vigilancia de casos”, sostuvo la ministra. Y agregó “estamos comprometidos con este tema para desarrollar medidas preventivas con el fin de minimizar cualquier riesgo y, en caso de ser necesario, desarrollar las acciones de control”.
En Argentina desde la última semana de julio de 2020 hasta mediados del presente mes se han estudiado seis casos de personas con sospecha de fiebre amarilla en las provincias de Misiones, Chaco, Buenos Aires y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (este último con antecedente de viaje), y todos resultaron con pruebas negativas.
Por otro lado, días atrás un grupo de expertos coordinados por el Centro Nacional de Diagnóstico e Investigación en Endemoepidemias (CeNDIE) de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS) “Dr. Carlos Malbrán dependiente del Ministerio de Salud de la Nación desarrolló tareas de vigilancia en Misiones, en la zona de riesgo de transmisión cercana a Brasil.
Se trabajó en dos áreas, Piñalito y El Soberbio de Misiones donde se tomaron muestras en insectos, se realizó una búsqueda activa de susceptibles (los monos o primates no humanos) y encuestas a los vecinos que actúan como informantes locales sobre la situación de estos animales. Los monos mueren rápidamente cuando adquieren el virus de la fiebre amarilla por lo que su seguimiento permite un alerta temprana.
El propósito fue estudiar la dinámica de la fiebre amarilla, desde una perspectiva eco-epidemiológica que contemple a todos sus agentes implicados (virus, mosquitos, primates no humanos y reservorios). Este trabajo permite desarrollar herramientas de detección temprana de circulación y conocimiento, con el fin de aportar evidencias para construir políticas públicas sanitarias acordes a los escenarios actuales del país.
Fiebre Amarilla
La fiebre amarilla es una enfermedad vírica aguda, hemorrágica, transmitida por mosquitos infectados. El virus es endémico en las zonas tropicales de África y América Latina.
Una vez contraído el virus y pasado el periodo de incubación de 3 a 6 días, la infección puede cursar en una o dos fases. La primera, aguda, suele causar fiebre, mialgias con dolor de espalda intenso, cefaleas, escalofríos, pérdida de apetito y náuseas o vómitos. Posteriormente, la mayoría de los pacientes mejoran y los síntomas desaparecen en 3 o 4 días. Sin embargo, el 15% de los pacientes entran a las 24 horas de la remisión inicial en una segunda fase, más tóxica. Vuelve la fiebre elevada y se ven afectados diferentes sistemas orgánicos. La mitad de los pacientes que entran en la fase tóxica mueren en un plazo de 10 a 14 días, y los demás se recuperan sin lesiones orgánicas importantes.
No hay tratamiento curativo para la fiebre amarilla. La vacunación es la medida preventiva más importante contra la fiebre amarilla. La vacuna es segura, asequible, muy eficaz, y una sola dosis es suficiente para conferir inmunidad y protección de por vida, sin necesidad de dosis de recuerdo.
Fuente: VetMarketPortal
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