La pregunta, con acento inglés, despertó la curiosidad del mundo. La hacía un apuesto caballero ante una botella de caña en una publicidad de los años 70 que celebraba el saber “de lo nacional”. El que no entendía la etiqueta con los caballos y la leyenda Legui no podía ser argentino: acá Legui no era otro que Leguisamo, el amigo más íntimo de Gardel, el jockey uruguayo que construyó su leyenda en las pistas argentinas.
Como ese señor inglés desorientado se sintió la señorita Ana María Stelman cuando hace un par de años la trasladaron de escuela. Llegó al aula en auto esquivando caballos, como una extranjera en su tierra.“No les hables de caballos a los chicos porque se distraen mucho”, fue el primer consejo que recibió en la escuela 7 del barrio Hipódromo de La Plata. Pero hizo justo todo lo contrario. Decidió trabajar con ellos para captar la atención de sus alumnos. Y puso en marcha un programa que acaba de ser reconocido a nivel mundial: “¿Por qué hay tantos caballos en mi barrio?”
Pero antes de enseñar se puso a aprender, porque nada sabía ella de caballos, y hasta les tenía miedo. Pidió ayuda en la facultad de Veterinaria y trabajó con la bosta de los animales para fabricar junto a los chicos abono para el campo. Durante la pandemia evitó así la deserción escolar pese a que un solo chico tenía acceso a Internet. Lo de Ana María fue “cuerpo a cuerpo”, por teléfono. Y ni bien pudo mudó el aula al hipódromo. Hoy es una de las 10 finalistas del Global Teacher 2021, el “Nobel” de Educación. Y, como Leguisamo con sus caballos, está en carrera para convertirse en la mejor del mundo.