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Publicado: Miércoles, 01 Diciembre 2021 14:10
Los hechos fueron denunciados por el Ministerio de Turismo de Chubut. El responsable estaría identificado.
El último domingo, sin autorización, una persona abrió un camino con una topadora en un campo lindero a la reserva natural de Punta Tombo —en la costa atlántica de la provincia del Chubut— y aplastó 140 nidos de pingüinos. Además, en el lugar, cerca de un centenar de ejemplares de esos animales murieron víctimas de una cerca electrificada.
En la zona, en esta época hay una gran cantidad de pichones de pingüinos. Lo habitual es que cada nido esté ocupado por una pareja de adultos y al menos una cría. En la colonia hay actualmente alrededor de 600 mil ejemplares. Y ya nacieron los pichones. Cada pareja tiene dos, pero solo uno sobrevive debido a la falta de alimentos y a los predadores. Este es, además, el momento del año en que la reserva —que cubre una superficie de 210 hectáreas— es visitada por la mayor cantidad de turistas.
El ministro de Turismo de Chubut, Néstor García, le dijo a Clarín que se había presentado una denuncia penal por "los repudiables hechos ocurridos en Punta Tombo" y que, por el momento, se dejaría todo en manos de la Justicia. La denuncia se realizó ante la fiscal de Rawson Florencia Gómez.
Desde la cartera de Turismo provincial informaron que el camino no autorizado llega hasta la costa. "En este caso, el dueño del campo es el afectado. No sabemos cuáles eran las intenciones del muchacho que ingresó", explicaron. También dijeron que se trataría de una persona de entre 30 y 35 años que ya estaría identificada: sería familiar del propietario del lugar.
Este martes por la mañana la policía iba a realizar allanamientos en el lugar y en los campos cercanos.
Los desmanes fueron descubiertos por guardafaunas de la reserva que realizaban una inspección ocular. La topadora, de gran porte, también causó destrozos en alambrados. Y no se descarta que haya más pingüinos muertos, ya que la colonia se dispersa sobre una superficie de varios kilómetros.
Punta Tombo es la colonia continental del Pingüinos de Magallanes más importante del mundo. En febrero, con la llegada de los juveniles, la cantidad en el lugar llega al millón de ejemplares.
La fiscal Florencia Gómez ordenó medidas en la causa iniciada, que en principio lleva la carátula de "maltrato animal". No se descarta que en el expediente se agreguen otras imputaciones una vez que se termine de relevar el lugar y se lleven a cabo algunas pericias.
La fiscal le dijo a la prensa que los daños son "irreparables".
El episodio recuerda el empetrolamiento masivo de pingüinos que ocurrió a fines de la década del 90, en el que murieron cerca de 20 mil ejemplares.
"A lo largo de la investigación iremos evaluando si se le imputa otro delito. Estamos realizando toda la investigación preliminar para saber la magnitud del impacto", expresó Gómez.
Indicó la fiscal que se investiga si el hombre abrió el camino con el objetivo de hacerse de un "acceso directo a la costa", para lo que debería haber pedido una autorización previa, que a la vez exige un análisis del impacto ambiental.
Según las fuentes consultadas por este diario, aún no hay una evaluación definitiva sobre el daño causado, además, al medio ambiente. Desde Turismo de Chubut sí aclararon que el responsable de los daños "no es el propietario del campo lindero a la reserva, como se había informado en un primer momento".
Cabandié denunciará la matanza de los animales
El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible nacional, Juan Cabandié, anunció que la cartera a su cargo presentará una denuncia penal para que se investigue lo ocurrido en Punta Tombo.
Vamos a denunciar penalmente a los responsables de la matanza de pingüinos que se produjo en Punta Tombo. Este daño ambiental es irreparable”, a la vez que afirmó que “en este momento está viajando a Chubut la Brigada de Control Ambiental del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible para inspeccionar el campo donde ocurrió este delito”, afirmó Cabandié.
Desde el ministerio dispusieron el envío de la Brigada de Control Ambiental (BCA) al lugar para fiscalizar las presuntas infracciones a la Ley n.° 22421 de conservación de la fauna.
“Estamos comprometidos con el bienestar animal y es por eso que vamos a buscar todas las herramientas normativas y de gestión para que estos hechos de maltrato se castiguen y no se vuelvan a repetir”, remarcó el ministro.
Incubación compartida
Luego de dos años sin recibir visitantes debido a la pandemia, el Área Natural Protegida Punta Tombo, ubicada 100 kilómetros al sur de Rawson, capital del Chubut, quedó habilitada al público en septiembre pasado, ante la llegada de las primeras mangas de pingüinos de Magallanes de la temporada.
Los pingüinos fueron llegando "por mangas" a la reserva para dar inicio a la etapa de apareamiento, incubación y adiestramiento de las nuevas generaciones.
Los primeros ejemplares en llegar son los pingüinos machos, que comienzan de inmediato a reacondicionar sus nidos, y luego inician su "desembarco" las hembras, que en pocas semanas comienzan a poner los huevos y —tras 40 días de incubación compartida con el macho— vigilan el nacimiento los pichones.
Tanto las hembras como los machos preservan el nido y alimentan a las crías con anchoítas y calamar que pescan en las aguas del mar cercanas a la costa.
Los pichones nacen cubiertos de un plumón gris oscuro que en febrero mudan por un plumaje juvenil que les permite realizar sus primeras incursiones en el mar para buscar su propio alimento, a la espera de adquirir el plumaje adulto.
Fuente: Carlos Guajardo - Clarin.com
Chubut. Corresponsalía.
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Publicado: Viernes, 26 Noviembre 2021 16:36
La actividad que desarrollan los profesionales liberales, dentro de los que se encuentran los médicos veterinarios, presenta singularidades: la autonomía técnica, propia del saber especializado; la sujeción a normas éticas[i] y el sometimiento a un régimen disciplinario y a la colegiación.
En relación a las normas éticas, en medicina veterinaria en particular, el Código de Ética Profesional para Médicos Veterinarios[ii] configura un sistema de principios que aplica diversos valores a la práctica de esta rama del arte de curar y que contempla conductas positivas o negativas, abarcativas de la relación entre colegas, con los propietarios de los animales y con la sociedad.
En consonancia con el Código de Ética, la Federación Veterinaria Argentina elaboró el Manual de Buenas Prácticas Veterinarias en la Clínica y Cirugía de Animales de Compañía[iii], que hace especial hincapié en la importancia de esta para aquellos profesionales veterinarios que se dedican al área médica en particular. Allí se efectúan recomendaciones específicas referidas al trato que debe brindársele el paciente animal durante la atención profesional, cuestión esta sobre la que versarán las reflexiones que expondremos a continuación.
Comenzamos señalando la consideración moral que se otorga en el Manual mencionado a los animales como “seres capaces de sentir dolor físico” y que hace que se imponga desde la medicina veterinaria una serie de conductas de cuidados y de límites a la intervención sobre el cuerpo del animal durante la atención profesional. Evidentemente, se los reconoce como seres sintientes y por ello se busca evitar tanto la crueldad, como el dolor, el padecimiento o el sufrimiento innecesarios durante la práctica médica.
Por este motivo, se plantean diversas recomendaciones para el médico veterinario en relación al paciente animal como, por ejemplo, el “deber de evitar dañar físicamente a los animales, de manera intencional o culposa, refinando sus prácticas de manejo y sujeción para no provocarles dolor, y en caso de procedimientos invasivos o que provoquen ansiedad, deberá realizarlos bajo analgesia, sedación o anestesia; dependiendo del tipo de procedimiento a efectuar”. Tampoco deben realizar ofrecimiento de infalible curación de determinadas enfermedades, a lo que se agrega que “no deberá someter a los animales a procedimientos o tratamientos que pongan en riesgo la vida y/o el bienestar del animal cuando esto no sea indispensable para mejorar sustancialmente su estado de salud”.
Destacamos que, en relación a las Buenas Prácticas en el Acto Quirúrgico, el Manual efectúa especial referencia a que el profesional debe indicar los estudios pre-quirúrgicos correspondientes para cada paciente antes de cualquier acto operatorio y que debe efectuar el o los controles post-operatorios hasta que indique el alta clínica del paciente, además del deber de conservar frente al cliente una actitud siempre cordial y atenta, considerando las relaciones afectivas que puedan existir entre el cliente y el paciente.
En síntesis, el galeno encuentra en los códigos de ética reglas a las que debe ajustar su actuación profesional, trayendo el incumplimiento de ellas consecuencias para el infractor, considerándose a la ética como una reflexión sobre la prestación de servicios veterinarios.
Actuaciones del Tribunal de Disciplina
Dos actuaciones del Tribunal de Disciplina del Colegio Médico Veterinario de la provincia de Córdoba nos ofrecen un ejemplo de conductas antiéticas sancionadas.
En el primer caso, conforme a la Resolución N° 296, se tuvo por acreditada la inconducta ética de los profesionales en la atención prestada a un can al no observar las técnicas rutinarias de diagnóstico complementario al inicio del tratamiento del paciente, siendo que ese era el momento oportuno y propicio para efectuarlas, e incurrir en actos de injuria quirúrgica al realizar otras dos operaciones en un paciente que después de la primera cirugía ya no se encontraba en condiciones de salud clínicamente apropiadas para recibir (las), lo que implicó un exceso de técnicas quirúrgicas y por ende una incorrecta actuación profesional.
El segundo caso se relaciona con la omisión deliberada de practicarle un electrocardiograma a un can al que se le realizaría una limpieza dental y que finalizó con el posterior fallecimiento del animal. El Honorable Tribunal de Disciplina dictó la Resolución 393 (de fecha 28-11-08) por la que se sancionó a los encausados médicos veterinarios Castro y Pértile, imponiéndose una multa por falta de ética grave, señalando que la conducta punible en este caso se relaciona con cuestiones de orden ético, que nada tienen que ver con la praxis realizada, destacándose una marcada ausencia de diálogo y de información a los propietarios del can previo a la práctica quirúrgica y la omisión deliberada de la indicación efectuada por el colega que derivó, que era la realización de un electrocardiograma, lográndose acreditar la existencia de tal indicación, sumado a la preocupación de los dueños del can respecto de que no se olvidaran de realizárselo, la creencia o el convencimiento de los dueños del can de que dicho estudio se llevaría a cabo y la falta de contención de los dueños del paciente fallecido.
La eutanasia
Otro límite a la intervención del profesional sobre el cuerpo del animal es el caso de la eutanasia. Etimológicamente el término eutanasia significa “buena muerte” o “muerte piadosa”, que deriva de los vocablos griegos “eu” que significa bueno y de “thanatos” que significa muerte. El acto eutanásico se encuentra contemplado en la práctica veterinaria y se menciona en el Código de Ética Profesional de los Médicos Veterinarios, art. 4º inc. b), indicándose que se debe “reducir la aplicación de la eutanasia a los casos debidamente justificados, conciliando los intereses particulares con los superiores de la comunidad, los principios básicos de la salud pública y el espíritu de las leyes protectoras de los animales”.
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Fuente: Raquel Marcela Viglione - Diariojudicial.com