Contempla inversiones hasta por US$ 3.500 millones, con capitales chinos. Busca construir 25 granjas y frigoríficos en Argentina para la cría de cerdos. Un grupo de ambientalistas presentó un manifiesto en contra.
Los gobiernos de Alberto Fernández y Xi Jinping ajustan la letra de un memorándum de entendimiento que van a firmar en las próximas semanas para la venta a gran escala al país asiático de carne de cerdos. Este busca duplicar las exportaciones argentinas de porcinos, que se criarán en granjas argentinas levantadas con capital chino.
El acuerdo contempla una inversión en dos o otres años de US$ 3.500 millones para construir las 25 granjas y frigoríficos planeados para llevar las exportaciones actuales de carne porcina de las 700.000 toneladas anuales a 1.3 millones de toneladas. Para ello cada granja debe criar hasta 12.000 madres reproductoras, que hoy no hay.
ero de pronto en medio del ir y venir de documentos para la firma del acuerdo marco, un grupo de ambientalistas desató una inesperada tormenta y ahora busca que el canciller Felipe Solá frene el memorándum. Firmado por más de cien intelectuales, artistas y periodistas también, el manifiesto que le entregarán al ministro es más que elocuente desde el título: "No queremos transformarnos en una factoría de cerdos para China, ni en una fábrica de nuevas pandemias", señalan en su blog Hacia un gran Pacto Eco social y Económico en Argentina.
Aun así, el embajador ante China de Argentina, Luis María Kreckler, que cumple cuarentena en Beijing porque llegó a su puesto hace apenas 12 días, defendió el acuerdo: lo consideró "crucial" para que la Argentina aumente el valor agregado a sus exportaciones. "La producción porcina promueve inversiones y empleo calificado y formal. Genera proteínas rojas accesibles y de buena calidad nutricional, agregando valor a productos primarios como el maíz, soja y otras oleaginosas", dijo desde la capital china a este diario y sostuvo que los granos y harinas vegetales argentinos hoy a alimentan las producciones de Chile, de China, de países de Europa y Vietnam. Y que ello " bien podría ser transformado en carne de cerdo para el mercado mundial", y no sólo para China.
Kreckler elaboró un informe para Buenos Aires, en el que se afirma que se trata de "un desarrollo federal que genera arraigo y dinamiza la economía". Y que "genera exportaciones de mayor valor agregado,y mejora la balanza comercial". Aseguró que las tecnologías que se van a utilizar -tendrán financiamiento chino- convierten los residuos generados en subproductos alimenticios, fertilizantes naturales y energías renovables. El diplomático destacó que hoy los principales exportadores de cerdos son China, Estados Unidos, Alemania, Dinamarca entre otros, y se preguntó por qué impedirle a la Argentina ese desarrollo.
El acuerdo tiene que ser firmado por el ministerio de Agricultura de China y su contraparte argentina para este caso, que es el de Relaciones Exteriores, Comercio Exterior y Culto de Argentina. Este venía siendo negociado desde la gestión anterior pero la nueva administración lo incluyó entre sus prioridades en el plan productivo que buscan desarrollar. De ahí que el documento de los ambientalistas es por demás delicado. Estos se hicieron oír a través de los medios y están pidiendo audiencia con el canciller Solá y con el secretario de Relaciones Internacionales de la Cancillería, Jorge Neme.
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