El virus de la rabia origina la muerte de más 59.000 personas cada año en todo el mundo.
La rabia es una zoonosis mortal causada por un virus del género Lyssavirus que pertenece a la familia Rhabdoviridae. Afortunadamente, la enfermedad se puede prevenir con éxito mediante la profilaxis adecuada, antes y después de la exposición. Sin embargo, los países menos desarrollados y subdesarrollados todavía no pueden implementar dicha protección, lo que significa que más de 59.000 personas mueren de rabia cada año en todo el mundo.
A nivel mundial, la rabia urbana sigue siendo un gran problema en los países subdesarrollados, y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) ha fijado el 2030 como fecha límite para su erradicación, bajo el programa “Cero para el 30: el plan estratégico mundial para poner fin a las muertes humanas por rabia transmitida por perros para el 2030”.
En cuanto a Europa se refiere, la UE está al borde de la victoria en la lucha contra la rabia silvestre, pero algunos países aún deben realizar más esfuerzos, en particular los que se encuentran cerca de las fronteras orientales de la UE.
En este sentido, aunque varios años de campañas de vacunación en animales salvajes han logrado el control de la rabia en Europa Occidental a través de un cinturón de vacunación frente a países endémicos de Europa del Este, la rabia podría ser importada tanto por viajeros de áreas sin un control público activo de la enfermedad como por animales provenientes de áreas donde el virus circula en la fauna silvestre.
Por lo tanto, el conocimiento de la epidemiología mundial actual combinado con un alto índice de sospecha clínica son necesarios para llegar a un diagnóstico de rabia, especialmente en caso de presentación atípica o sin antecedentes de exposición animal. Por ello, se ha llevado a cabo una investigación con el fin de proporcionar una descripción general del estado actual de la rabia en Europa, con especial énfasis en Croacia y Europa del Sudeste y Este.
RABIA EN ANIMALES SALVAJES
La rabia silvestre es causada por el virus de la rabia clásico (virus de la rabia, RABV). En Europa, el principal reservorio y vector de la rabia silvestre es el zorro rojo (Vulpes vulpes). El inicio de la propagación de la rabia silvestre se registró durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se descubrieron los primeros casos en la antigua frontera ruso-polaca. La enfermedad se propagó de forma gradual y progresiva desde el noreste hasta el centro y suroeste de Europa.
El primer país en lanzar una campaña masiva de vacunación oral contra la rabia (VOR) con vacunas atenuadas fue Suiza, allá por 1978. En los países de la UE, los programas de erradicación de la rabia de los animales salvajes a gran escala que utilizan VOR comenzaron en 1989 gracias a la financiación de la UE y pronto se demostró que eran el único medio eficaz de control de la enfermedad.
SITUACIÓN ACTUAL EN EUROPA
En el largo período transcurrido desde el primer caso de rabia silvestre en Croacia en 1977 hasta el último caso detectado en la primavera de 2014, se registraron varios picos de infección elevados.
El máximo de 325 zorros positivos de 695 examinados (46,8 %) se registró en 1993. A principios del siglo XXI, el número de animales positivos se estabilizó en alrededor del 20 % (449/2240), pero en 2008-2009 volvió a subir a más del 30 % (994/3051).
No obstante, durante la última década, con la financiación de la UE para el apoyo de las campañas de VOR, el virus se eliminó con éxito de la mayoría de los países de Europa occidental y central, y ahora está restringido a la parte oriental de la UE, donde solo dos Estados miembros lo notificaron en 2019 y 2020: Polonia y Rumania. En cuanto a los estados no miembros de la UE, en 2020 se registraron casos de rabia en Bosnia y Herzegovina, Georgia, Moldavia y Ucrania.
En este sentido, tras el análisis de la evolución histórica del virus, los autores indican que “los principales obstáculos para mantenerse libre de rabia son la implementación discontinua del programa de VOR, la disminución del número de muestras bajo monitoreo, la falta de cooperación y la ausencia de un enfoque regional”.
MURCIÉLAGOS, RESERVORIO CLAVE
A pesar de que los programas de VOR en Europa han demostrado su utilidad en el control y erradicación de la rabia, en el caso de los mamíferos voladores su eficacia es mucho menor. Los mamíferos voladores, como son los murciélagos, son huéspedes reservorios importantes y juegan un papel clave en la transmisión de la enfermedad. En Europa la seroprevalencia depende de la ubicación, la especie, el sexo, el comportamiento social, la estación (estación activa, período de hibernación) y la intensidad de la vigilancia de la rabia, y varía desde el 0,05 % hasta más del 60 %, comentan los autores del estudio.
A la luz de lo anterior, “es importante señalar que los murciélagos en Europa siempre supondrán una pequeña pero innegable amenaza para la salud humana”. Este hecho no debe descuidarse debido a la existencia de determinadas especies de murciélagos que prefieren utilizar los asentamientos humanos como hábitat, lo que permite su estrecho contacto con humanos y animales domésticos, especialmente gatos. “Dada la naturaleza cazadora de los gatos y la gran capacidad migratoria de los murciélagos, es fácil percibir el peligro de transmisión no solo de la rabia sino también de otros virus de los murciélagos a los gatos”.
MOVIMIENTOS ANIMALES
Por otra parte, otro de los riesgos comentados por los autores como implicados en la expansión del virus de la rabia, es el de los movimientos animales entre países. “Los movimientos de animales tanto legales como ilegales han dado lugar a la introducción de la rabia en áreas que antes estaban libres de la enfermedad”.
Concretamente, señalan como uno de los mayores riesgos de la reintroducción de la rabia en una población libre de rabia al transporte de animales no vacunados desde países con rabia endémica. De 2006 a 2020, hubo 19 casos de este tipo en Europa, de los cuales 16 ocurrieron en perros.
Esta situación “ocurre principalmente por el desconocimiento del peligro que entraña la importación de animales rabiosos o no vacunados, especialmente cachorros, por su atractivo y pequeño tamaño. Estos casos generalmente conducen a una transmisión secundaria o incluso terciaria de la rabia y, en consecuencia, a la pérdida del estatus libre de rabia de un país”.
En España, el Colegio de Veterinarios de Cádiz anunció la creación de una Red de Veterinarios de Referencia en Rabia. Y es que, dada su proximidad con Marruecos y el intenso flujo de personas que se produce en la frontera entre Marruecos y España, Andalucía se posiciona como un territorio de especial sensibilidad al riesgo de posibles entradas de animales infectados por la rabia, especialmente la provincia de Cádiz por tener frontera directa a través de los puertos de Tarifa y Algeciras. Ello posiciona al veterinario clínico como un actor de salud pública de primer orden fundamental.
LA PREVENCIÓN ES LA MEJOR HERRAMIENTA
En la misma línea, científicos italianos han llevado a cabo una revisión de la literatura científica sobre los estudios que incluyan información sobre aspectos como la prevención, epidemiologia, o retos futuros frente al virus de la rabia en Europa.
Y es que, en palabras de los autores, “dado que actualmente no se dispone de un tratamiento eficaz, debe lograrse la prevención de la rabia para evitar las muertes humanas relacionadas con la rabia”.
Así, consideran que la prevención se debe basar en 3 pilares principales: concienciación y educación sobre enfermedades, control de la salud del perro y control de la vida silvestre (como se extrae del estudio anterior), y la vacunación en poblaciones de riesgo (por ejemplo, viajeros).
Según explican, “se debe inculcar enérgicamente la concienciación sobre enfermedades, así como la educación para la prevención de mordeduras y la participación de la comunidad”, también se debe incluir la profilaxis contra la rabia de forma obligatoria en sujetos de riesgo, en personas con animales en riesgo y en la población en general.
Por otra parte, señalan que los protocolos para el tratamiento de animales domésticos y ganado expuestos deben implementarse a nivel regional. “Se deben controlar las poblaciones de perros y gatos callejeros y, en última instancia, se debe lograr una cobertura de vacunación del 70 % de las mascotas (para evitar la introducción de la rabia en áreas libres de la enfermedad) y se debe implementar la vacunación previa y posterior a la exposición para humanos”.
NECESIDAD DE CREAR CONCIENCIA
Viajar a áreas donde la rabia es endémica representa una amenaza para los viajeros que, la mayoría de las veces, desconocen la disponibilidad de la vacuna contra la rabia o no pueden vacunarse debido al alto coste de la vacuna.
En el caso de España, se notificaron 2 casos en los últimos años, uno en 2014 y otro en 2019, pero ambos relacionados con un viaje a Marruecos.
Por este motivo, “se debe educar a los viajeros para evitar el contacto con perros y otros animales silvestres y, en caso de mordeduras o arañazos, lavar rápidamente la herida y buscar atención médica en el lugar y regresar a casa si la vacuna contra la rabia y la inmunoglobulina contra la rabia no están disponibles”.
Fuente: DiarioVeterinario.com