En la Jornada a Campo del IPCVA en Venado Tuerto se pudo ver el trabajo del establecimiento Colegio Salesiano. La actividad productiva se diversifica en cría, tambo y agricultura. La importancia de la genómica.
Lograr terneros al destete con un promedio de 210 kilos, con 300 vientres preñados y un tambo con más de 500 vacas en ordeño, con una media de 36 a 40 litros de leche diario, son datos para tener en cuenta como ejemplo de un sistema ganadero de alta producción. Y más aun cuando se trata de un establecimiento educativo como el Colegio Salesiano de Venado Tuerto, Santa Fe, ubicado sobre la ruta 4S, km 78.
Este es el emprendimiento, que el Instituto de Promoción la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) eligió para su tercera jornada a campo del año, realizada el 14 de julio bajo la consigna “Los desafíos de producir carne en la zona núcleo”.
El colegio y el establecimiento agroganadero están ubicados sobre un predio de 1350 ha, que fueron donadas a la obra de Don Bosco por Alejandro Estrugamou (h). Su actividad está diversificada, con 900 ha tiene actitud agrícola y las 150 restantes fueron asignadas a la ganadería. Allí se practica un sistema ganadero de alta producción.
El campo tiene 30 ha asignadas a la cría; 25 ha, corresponden al tambo, un espacio asignado a un feetlot a cielo abierto en el que se alojan 200 terneros al destete y 120 vacas/vaquillonas rechazadas.
La producción agrícola se realiza en siembra directa con rotaciones agrícolas que incluyen maíz, soja de primera y trigo soja. La actividad del establecimiento se diversificó también con el alquiler de 83 ha a un semillero.
“En el esquema agrícola se asignaron 637ha a maíz/soja de primera y, trigo soja de 2ª. Además se ocupan 223 ha con maíz para picado y para alfalfa para picar”, amplió Marcelo Aníbal Bottazzi, director de la Obra.
Además, dentro de la diversificación, el Colegio Salesiano ofrece servicios con una planta de silo para acopio; una planta de balanceados, maquinarias y maquinarias para el manejo del tambo, describió Bottazzi.
“Pusimos en práctica una rotación que se logró estabilizar, mientras que las 130 hectáreas afectadas a la ganadería son de Clase 5”, aseguró el ingeniero agrónomo Juan Carlos Rébora, uno de los asesores del emprendimiento.
La ganadería
La ganadería se concentra en la actividad de cría, que incluye, además de los terneros del rodeo de carne, los que vienen del tambo. “La producción lechera hoy es nuestro principal sustento”, aseguró Rébora.
“En 1988, el rodeo de cría era intensivo y se trabajaba con 120 vacas Hereford en los bajos del campo, con altos contenidos de sal. Pero en 2018 se refundó el esquema de producción. Se pensó en un sistema más intensivo y se decidió tener 300 vientres preñados reforzados con la compra de vaquillonas para servicio y vaquillonas preñadas”, describió Juan Mateo Covachevich, médico veterinario y ex alumno del Colegio Salesiano.
El rodeo de cría se completa con un toro Aberdeen Angus, dos Limangus, un Charolais y un Limousin.
“Para la cría tenemos 300 vacas que ocupan en forma efectiva 30 ha de alfalfa con gramíneas y a veces hacemos algo en los bajos que complementamos con algún verdeo de invierno. Tenemos también un pequeño corral de encierre donde engordamos al ternero que sale del tambo hasta los 200 kilos al destete y agregamos las vacas rechazadas de la cría y del tambo”
En el campo se realizan “los puentes verdes” o cultivos de servicio, que son implantados en una superficie de 65 ha, sin interferir con la agricultura que es aprovechado por la ganadería. Además restan las 60ha de campo natural sin mejoras.
“Esta superficie la utilizamos como escape para los momentos en que no tenemos buena producción de pasto en las pasturas o en los verdeos”, amplió Covachevich.
Reproducción
El establecimiento es libre de Brucelosis y Tuberculosis bovina y se cumple con el plan sanitario nacional completo.
“Las vaquillonas y vacas próximas a parir reciben en el periodo de pre parto un complejo vitamínico completo, además de las vacunas del complejo respiratorio y diarrea. Si es necesario a los animales se le aplica un baño de Pouron para el control de los piojos en invierno”, agregó el veterinario.
Al tacto, se aplica el complejo reproductivo y los antiparasitarios. También se aplican las vacunas contra Afosa y Carbunclo, de acuerdo a lo establecido por el Plan Nacional de Sanidad y se efectúa re certificación de Brucelosis TBC.
Con respecto a los toros “la sanidad es parecida al de las vacas, se les entrega el complejo vitamínico y la aplicación de las vacunas respiratorias y antiparasitarios. Los terneros, mientras permanecen al pie de la madre, reciben el complejo clostridial, las vacunas respiratorias, cobre y la vacunación que corresponde por el Plan Nacional”, detalló el profesional.
Al momento de la inseminación el rodeo de vientres está dividido en dos grupos, las vacas cabeza y las vacas cuerpo.
La reproducción es estacionada en 80 días de servicio entre el 1 de noviembre y el 20 de enero de cada año. A los 10 días de iniciado ese período: “ingresan las vacas de la cabeza al periodo de IATF (la inseminación a tiempo fijo), a los 12 días reciben una segunda IATF. En esta esta etapa se incluyen a las vacas del cuerpo del rodeo que reciben la primera IATF y luego se hace un repaso con los toros”, explicó el asesor.
A los 30 días se realiza una ecografía de todas las vacas y también la segunda IATF para las vacas de cuerpo. A los 35 días se juntan las vacas con los toros y a los 60 días se realiza un diagnóstico de gestación. Para las vaquillonas de 15 meses se hace una detección de celo.
Los resultados de preñez, en la medición correspondiente a 2021 alcanzaron al 94% y en las vaquillonas de segundo servicio se logró un promedio de 85% de preñez. En el caso de las vaquillonas de reposición el índice de preñez alcanzó al 87%. El promedio general del rodeo alcanzó al 90%.
Fuente: IPCVA.com