1897 - 2024

127º Aniversario - Trayectoria y excelencia al servicio de la profesión.

Con esfuerzo, sorteó todos los obstáculos para alcanzar sus metas y no para. En poco tiempo completará sus estudios terciarios y sueña con llevarle el diploma a su mamá. 

Sentada en un banquito, cada día, doña Lidia Albarracín ordeñaba a mano las vacas del tambo en el que trabajaba en Moisés Ville, en el centro norte de Santa Fe. Su nieta, que viajaba desde Esperanza cada verano para pasar con ella las vacaciones, la miraba con admiración. “Yo tenía 4 o 5 años y quería hacer lo mismo, arrear los terneros cuando era el ordeñe, traer a las vacas, aprender a usar las nuevas máquinas de ordeñar cuando llegaron”, cuentaLidia Sánchez, heredera, por elección y pasión, del legado de su abuela. “Cuando se terminaban las vacaciones, yo lloraba, me arrancaban de los brazos de mi abuela porque no quería volver; yo ya sabía que quería quedarme en el campo”, recuerda.
 

Más tarde, viendo a su papá hacer las tareas de perito clasificador de granos, quiso ser ingeniera agrónoma pero “por cuestiones de la vida” no pudo hacerlo. Su primer trabajo como tambera le llegó sin buscarlo. Sus padres venían atravesando momentos económicos muy difíciles y ellano pudo terminar el colegio secundario ni concretar su deseo de seguir estudiando Agronomía. “Fue muy feo, entramos en la mala,no teníamos para comer, mis viejos tuvieron que desprenderse de lo único que tenían que era su casa propia, nos tuvimos que separar como familia”, repasa.

Había que trabajar yen 2003 resolvió tomar un empleo que ofrecían para hacer tareas generales en un campo de la localidad cordobesa de Villa María, sin imaginar que esa decisión sería determinante en su vida. Allí, al poco tiempo de llegar le ofrecieron ordeñar en la fosa, algo que jamás había hecho. Aprendió,se enamoró del oficio y desde entonces nunca más paró.Ahí tambiénconoció otro amor: Esteban, su marido, con quien un año después partieron a buscar nuevos horizontes.

“Nos fuimos a San Genaro y empezamos los dos como ordeñadores. Enseguida vino mi primera hija y después los otros tres”, relata Lidia. Ellos sonCamila, Victoria, Lucas y Gabriel, de 17, 15, 14 y 12 años. “Cuando tenés hijos chicos tenés la mitad de la cabeza en el trabajo y la otra mitad en la casa, tenés que dejarlos, pagarle a alguien para que los cuide, no era fácil”, dice. Más adelante, cuando ella y su marido arrancaron a trabajar como tamberos y los chicos ya habían crecido, todo se hizo más sencillo: “Se hicieron más independientes y eso me alivió, ahí me pude volcar un cien por ciento a mi trabajo. Es más, ellos hoy me ayudan un montón, siempre están colaborando”, valora.

El día a día

Tras pasar por varios campos, desde hace casi un año,Lidia, Esteban y su hija mayor trabajan en un tambo a 3 kilómetros de la ciudad santafesina de Esperanza, en el establecimiento Las Maríasde las hermanas María Inés y María Celina Hilgert donde hay 190 vacas en ordeñe en un sistema de 16 bajadas con espera. 

Cada día, la tamberase levanta a la madrugada para el primer ordeñeque en invierno comienza entre las 4 y las 5 para finalizar cerca de las 7, mientras queel segundo se hace 12 horas más tarde. En verano, la tarea se adelanta para aprovechar las franjas horarias con costo reducido de energía eléctrica que se ofrece entre las 2 y las 6 de la mañana y de la tarde.

Después de eso, vienenla limpieza, el control de las guacherasdonde están los terneros destetados y algunas otras tareas. Cuando finaliza,lleva a sus hijos a la escuela rural, a 30 kilómetros de su casa. Al regreso organiza el almuerzo y vuelve arevisar a los terneros, a las vacas en preparto, también ayuda a su marido aapartar animales y a vacunar. Como si fuera poco,Lidia lleva todos los registros: partos, secado, ventas, muertes, ingresos, egresos, y cada uno de los movimientos del tambo. Para la crianza de los terneros cuenta con la ayuda de técnicos con los que está en permanente comunicación y cada quince días se reúne con el veterinario asesor para planificar las actividades. “Siempre hay movimiento, uno nunca se queda quieto acá”, señala la tambera. 


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Fuente: Kitty Vaquero - Clarin.com 

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Curiosidades

Los 10 principales avances médicos de la Edad Media

Todavía la percepción que el ciudadano medio tiene sobre la Edad Media es la de que fueron tiempos oscuros, con multitud de calamidades, poblaciones analfabetas y un retroceso sustancial en cuanto a los avances médicos que la Antigüedad había aportado. Todo ello no son más que apriorismos que colocan en un puesto de inferioridad a los tiempos medievales respecto a otros momentos de la Historia. Sin embargo, un análisis detallado nos revela que en el Medievo surgieron muchos de los logros de la Medicina que todavía hoy están vigentes. Aquí están los 10 principales avances médicos de la Edad Media.

1. Hospitales
En el siglo IV de nuestra era el concepto de hospital, es decir, un lugar donde los pacientes podrían ser tratados por los médicos con equipamiento especializado, estaba en su embrión en algunos lugares del Imperio Romano.

Más tarde, en Occidente, los monasterios fueron los centros donde surgieron los primeros hospitales para dar servicio a los viajeros, transeúntes y pobres. Mientras, en Oriente, en el mundo árabe, los hospitales surgieron en el siglo VIII.

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El Dr. Carlos Lanusse ha recibido importante reconocimiento por su trayectoria en la farmacología veterinaria

[ Click aquí o sobre la imagen para ampliar la nota enviada al Dr. Carlos Lanusse | PDF ]


Compartimos la respuesta enviada por el Dr. Carlso Lanusse:


Estimado Leonardo

Muchas gracias por su conceptuosa nota. Es un gran orgullo ser el 1er científico latinoamericano en recibir esta prestigiosa distinción que otorga la Academia Americana de Farmacología y Toxicología Veterinaria, particularmente cuando toda mi carrera se hizo desde Argentina y trabajando en la conjunción entre la Universidad Pública y el CONICET.  Me alegra que este tipo de premios de visibilidad internacional ayuden a jerarquizar nuestra profesión Veterinaria, junto a tantas otras acciones que muestran día a día la valoración que la sociedad le da a nuestras incumbencias profesionales. 

SIN VETERINARIOS NO HAY UNA SALUD

Conferencia completa brindada por el M.V. Fidel Baschetto, Capítulo Fauna Silvestre SOMEVE, Profesor Adjunto de Fauna Silvestre UN Villa MaríaJefe de Departamento de la Universidad Libre del Ambiente (Municipalidad de Córdoba). Organizada por: Sociedad de Medicina Veterinaria