Los adultos mayores que viven en los geriátricos de la Ciudad podrán pasar tiempo con sus mascotas. Así lo determinó la Legislatura porteña, que este jueves aprobó el proyecto que modifica la ley 5.670. Hasta ahora había residencias que permitían alguna vez el ingreso de perros o gatos para algún tipo de terapia. Y con este cambio, la norma se convierte en la primera a nivel nacional que admite mascotas en las residencias para adultos mayores.
El proyecto del Juan Manuel Valdés (legislador del Frente de Todos) insta a los establecimientos a permitir la visita de los perros y gatos que hayan sido mascotas de las personas que allí residen, en los días y horarios acordados. También permite que los geriátricos adopten uno o más perros o gatos de compañía para la población residente en el establecimiento.
Según los argumentos del proyecto, el objetivo es "incorporar e integrar a la vida cotidiana de los establecimientos para personas mayores a los perros, permitiendo que los adultos puedan recibir visitas o estar acompañados por su mascota".
Por otra parte, también se busca brindarles "un momento beneficioso a través de la realización de actividades terapéuticas con perros especialmente entrenados, que tendrá como resultado obtener beneficios integrales y equitativos que estarán destinados a mejorar la calidad de vida y el estado anímico de las personas que sean asistidas, potenciando las capacidades sociales, de relación, como así también colaborar con la disminución de los niveles de ansiedad. Dichas terapias, como ha quedado demostrado en la experiencia internacional, mejoran la calidad de vida, y la salud, de los adultos mayores".
Según la Encuesta Nacional de Hogares del año 2021, la cantidad de adultos mayores de 60 años en la Ciudad representa un 21% de la población porteña total.
"Frente a esto, y dada la asistencia que requieren algunas personas, los establecimientos para adultos mayores se transforman en una herramienta fundamental para el desarrollo de la vida de algunas personas que con frecuencia se ven imposibilitadas de vivir solas. Y en un espacio que viabiliza los deseos de envejecer siendo cuidados, asistidos y respetando los lazos sociales establecidos", argumenta la propuesta de Valdés.
Y agrega información sobre "la importancia de los vínculos sociales para lograr una vida plena, sea cual sea la etapa del ciclo vital. La pérdida de esos vínculos en esta población ha demostrado mellar el estado de ánimo y también causar daños en la salud".
El aspecto terapéutico
La propuesta también menciona los beneficios terapéuticos. Un estudio publicado en el Journal of Gerontological Nursing expresa que las mascotas proveen beneficios documentados sobre el bienestar físico, social y emocional. En este estudio, 94 de las 95 instituciones geriátricas del estado de Ohio, en Estados Unidos, permiten la inclusión de las mascotas junto a sus residentes como así también la posibilidad de las visitas esporádicas.
Según la ley que se aprobó, el vínculo de las mascotas con las personas mayores “mejora la autoestima, ya que por ejemplo los perros ayudan a paliar el sentimiento de soledad”.
El proyecto también sostiene que "mejoran el estado de ánimo, el interés, reducen el estrés, estimulan la mente, ya que atraen la atención, y proporcionan estimulación mental a través de los sentidos de la vista, el tacto, el olfato y el oído, y activa la memoria de las personas mayores, porque al tener contacto con una mascota puede traer recuerdos de viejos tiempos. Además, estimulan la actividad física, fundamental en esta etapa de la vida".
Miguel Alcanfora, gerontólogo, asegura que "es muy importante que un adulto mayor pueda vivir con su mascota en el geriátrico porque cuando los institucionalizan pierden muchos afectos de su vida cotidiana. Y se sabe que una persona que convive con una mascota, lo hace mucho más tranquilo y mejor".