Antes de las Investigaciones. ¡de Jane Goodall, los animales. eran sólo unas bestlas. Hoy se sabe que los chimpancés, entre otras especies, son Inteligentes y hasta tienen sentimientos.
La relación entre humanos y animales está retratada hasta el hartazgo en decenas de documentales. Se puede ver al pulpo maestro ya su alumno buzo, a las ballenas y su vida familia, que incluye algunos culdadores humanos, y hasta pingüinos caminando a la codo a codo junto a sus guarda faunas. Este siglo, como ningún otro, pone el acento en este tipo de vínculos. Pero no siempre fué así. Hubo un comienzo, un Big Gang. Y como los albores de la humanidad, también tuvo como escenario la biodiversidad apabullante de África.
A ese contineente llegó Jane Goodall, una primatóloga que en abril cumplicá 90 años, cuando tenía apenas 23. Criada en una casa al sur de Inglaterra, creció redeada de animales y alientando el sueño de escribir sobre esa región del mundo. Cuando viajó a Kenia y consiguió unirse al equipo del antopólogo Luis Leakey, empezó a reunir las primeras ideas. Pero la verdadera aventura arrancó en 1960, cuando el mismo Leakey la envió al Parque Nacional Gombé, en Tanzania, para estudiar el comportamiento de los chimpancés de esa zona.
Todaví no tenía una formación académica rigurosa en ese campo. Quizá por eso empezó a trabajar despojada de preconceptos, y lo primero que hizo fue innovador: no nombró a los animales con números. Les puso un nombre, como a los humanos. Y empezó a observar.
Hasta ese momento, la humanidad consideraba a los animales como bestias si ningún atisbo de inteligencia o sentimientos. Goodall fue la primera en documentar, de manera científica, y divulgar que los chimpancés usaban herramientas para, por ejemplo, obtener sus alimentos; podían reconocer rostros diferentes tenían estructuras familiares y eran capaces de tener sentimientos y emociones. Los años que pasó en Gombé también le permitieron conocer el lado oscuro de estos primates. Que por supuesto lo tienen: son los pariente vivos más cercanos a la especia humana. Hoy , la ciencia sabe que con ellos se comparte el 99 por ciento del ADN. Genéticamente son "practicamente" lo mismo.
Tal vez por eso los chimpancés son capaces de armar guerras y pueden ser muy sanguinarios. Como los humanos.
El legado de Goodall excede sólo entender mejor a los chimpancés. Ella revolucionó el modo de observar a los animales. Los sacó del casillero de bestias. Y expandión en el siglo XXI ideas que contribuyen a tratarlos mejor. Eso es otro comienzo.
Fuente: Eliana Galarza - Revista Viva