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Publicado: Lunes, 04 Julio 2022 12:10
El virus de la rabia origina la muerte de más 59.000 personas cada año en todo el mundo.
La rabia es una zoonosis mortal causada por un virus del género Lyssavirus que pertenece a la familia Rhabdoviridae. Afortunadamente, la enfermedad se puede prevenir con éxito mediante la profilaxis adecuada, antes y después de la exposición. Sin embargo, los países menos desarrollados y subdesarrollados todavía no pueden implementar dicha protección, lo que significa que más de 59.000 personas mueren de rabia cada año en todo el mundo.
A nivel mundial, la rabia urbana sigue siendo un gran problema en los países subdesarrollados, y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) ha fijado el 2030 como fecha límite para su erradicación, bajo el programa “Cero para el 30: el plan estratégico mundial para poner fin a las muertes humanas por rabia transmitida por perros para el 2030”.
En cuanto a Europa se refiere, la UE está al borde de la victoria en la lucha contra la rabia silvestre, pero algunos países aún deben realizar más esfuerzos, en particular los que se encuentran cerca de las fronteras orientales de la UE.
En este sentido, aunque varios años de campañas de vacunación en animales salvajes han logrado el control de la rabia en Europa Occidental a través de un cinturón de vacunación frente a países endémicos de Europa del Este, la rabia podría ser importada tanto por viajeros de áreas sin un control público activo de la enfermedad como por animales provenientes de áreas donde el virus circula en la fauna silvestre.
Por lo tanto, el conocimiento de la epidemiología mundial actual combinado con un alto índice de sospecha clínica son necesarios para llegar a un diagnóstico de rabia, especialmente en caso de presentación atípica o sin antecedentes de exposición animal. Por ello, se ha llevado a cabo una investigación con el fin de proporcionar una descripción general del estado actual de la rabia en Europa, con especial énfasis en Croacia y Europa del Sudeste y Este.
RABIA EN ANIMALES SALVAJES
La rabia silvestre es causada por el virus de la rabia clásico (virus de la rabia, RABV). En Europa, el principal reservorio y vector de la rabia silvestre es el zorro rojo (Vulpes vulpes). El inicio de la propagación de la rabia silvestre se registró durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se descubrieron los primeros casos en la antigua frontera ruso-polaca. La enfermedad se propagó de forma gradual y progresiva desde el noreste hasta el centro y suroeste de Europa.
El primer país en lanzar una campaña masiva de vacunación oral contra la rabia (VOR) con vacunas atenuadas fue Suiza, allá por 1978. En los países de la UE, los programas de erradicación de la rabia de los animales salvajes a gran escala que utilizan VOR comenzaron en 1989 gracias a la financiación de la UE y pronto se demostró que eran el único medio eficaz de control de la enfermedad.
SITUACIÓN ACTUAL EN EUROPA
En el largo período transcurrido desde el primer caso de rabia silvestre en Croacia en 1977 hasta el último caso detectado en la primavera de 2014, se registraron varios picos de infección elevados.
El máximo de 325 zorros positivos de 695 examinados (46,8 %) se registró en 1993. A principios del siglo XXI, el número de animales positivos se estabilizó en alrededor del 20 % (449/2240), pero en 2008-2009 volvió a subir a más del 30 % (994/3051).
No obstante, durante la última década, con la financiación de la UE para el apoyo de las campañas de VOR, el virus se eliminó con éxito de la mayoría de los países de Europa occidental y central, y ahora está restringido a la parte oriental de la UE, donde solo dos Estados miembros lo notificaron en 2019 y 2020: Polonia y Rumania. En cuanto a los estados no miembros de la UE, en 2020 se registraron casos de rabia en Bosnia y Herzegovina, Georgia, Moldavia y Ucrania.
En este sentido, tras el análisis de la evolución histórica del virus, los autores indican que “los principales obstáculos para mantenerse libre de rabia son la implementación discontinua del programa de VOR, la disminución del número de muestras bajo monitoreo, la falta de cooperación y la ausencia de un enfoque regional”.
MURCIÉLAGOS, RESERVORIO CLAVE
A pesar de que los programas de VOR en Europa han demostrado su utilidad en el control y erradicación de la rabia, en el caso de los mamíferos voladores su eficacia es mucho menor. Los mamíferos voladores, como son los murciélagos, son huéspedes reservorios importantes y juegan un papel clave en la transmisión de la enfermedad. En Europa la seroprevalencia depende de la ubicación, la especie, el sexo, el comportamiento social, la estación (estación activa, período de hibernación) y la intensidad de la vigilancia de la rabia, y varía desde el 0,05 % hasta más del 60 %, comentan los autores del estudio.
A la luz de lo anterior, “es importante señalar que los murciélagos en Europa siempre supondrán una pequeña pero innegable amenaza para la salud humana”. Este hecho no debe descuidarse debido a la existencia de determinadas especies de murciélagos que prefieren utilizar los asentamientos humanos como hábitat, lo que permite su estrecho contacto con humanos y animales domésticos, especialmente gatos. “Dada la naturaleza cazadora de los gatos y la gran capacidad migratoria de los murciélagos, es fácil percibir el peligro de transmisión no solo de la rabia sino también de otros virus de los murciélagos a los gatos”.
MOVIMIENTOS ANIMALES
Por otra parte, otro de los riesgos comentados por los autores como implicados en la expansión del virus de la rabia, es el de los movimientos animales entre países. “Los movimientos de animales tanto legales como ilegales han dado lugar a la introducción de la rabia en áreas que antes estaban libres de la enfermedad”.
Concretamente, señalan como uno de los mayores riesgos de la reintroducción de la rabia en una población libre de rabia al transporte de animales no vacunados desde países con rabia endémica. De 2006 a 2020, hubo 19 casos de este tipo en Europa, de los cuales 16 ocurrieron en perros.
Esta situación “ocurre principalmente por el desconocimiento del peligro que entraña la importación de animales rabiosos o no vacunados, especialmente cachorros, por su atractivo y pequeño tamaño. Estos casos generalmente conducen a una transmisión secundaria o incluso terciaria de la rabia y, en consecuencia, a la pérdida del estatus libre de rabia de un país”.
En España, el Colegio de Veterinarios de Cádiz anunció la creación de una Red de Veterinarios de Referencia en Rabia. Y es que, dada su proximidad con Marruecos y el intenso flujo de personas que se produce en la frontera entre Marruecos y España, Andalucía se posiciona como un territorio de especial sensibilidad al riesgo de posibles entradas de animales infectados por la rabia, especialmente la provincia de Cádiz por tener frontera directa a través de los puertos de Tarifa y Algeciras. Ello posiciona al veterinario clínico como un actor de salud pública de primer orden fundamental.
LA PREVENCIÓN ES LA MEJOR HERRAMIENTA
En la misma línea, científicos italianos han llevado a cabo una revisión de la literatura científica sobre los estudios que incluyan información sobre aspectos como la prevención, epidemiologia, o retos futuros frente al virus de la rabia en Europa.
Y es que, en palabras de los autores, “dado que actualmente no se dispone de un tratamiento eficaz, debe lograrse la prevención de la rabia para evitar las muertes humanas relacionadas con la rabia”.
Así, consideran que la prevención se debe basar en 3 pilares principales: concienciación y educación sobre enfermedades, control de la salud del perro y control de la vida silvestre (como se extrae del estudio anterior), y la vacunación en poblaciones de riesgo (por ejemplo, viajeros).
Según explican, “se debe inculcar enérgicamente la concienciación sobre enfermedades, así como la educación para la prevención de mordeduras y la participación de la comunidad”, también se debe incluir la profilaxis contra la rabia de forma obligatoria en sujetos de riesgo, en personas con animales en riesgo y en la población en general.
Por otra parte, señalan que los protocolos para el tratamiento de animales domésticos y ganado expuestos deben implementarse a nivel regional. “Se deben controlar las poblaciones de perros y gatos callejeros y, en última instancia, se debe lograr una cobertura de vacunación del 70 % de las mascotas (para evitar la introducción de la rabia en áreas libres de la enfermedad) y se debe implementar la vacunación previa y posterior a la exposición para humanos”.
NECESIDAD DE CREAR CONCIENCIA
Viajar a áreas donde la rabia es endémica representa una amenaza para los viajeros que, la mayoría de las veces, desconocen la disponibilidad de la vacuna contra la rabia o no pueden vacunarse debido al alto coste de la vacuna.
En el caso de España, se notificaron 2 casos en los últimos años, uno en 2014 y otro en 2019, pero ambos relacionados con un viaje a Marruecos.
Por este motivo, “se debe educar a los viajeros para evitar el contacto con perros y otros animales silvestres y, en caso de mordeduras o arañazos, lavar rápidamente la herida y buscar atención médica en el lugar y regresar a casa si la vacuna contra la rabia y la inmunoglobulina contra la rabia no están disponibles”.
Fuente: DiarioVeterinario.com
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Publicado: Lunes, 04 Julio 2022 12:04
“El futuro nos va a encontrar con todo tipo de virus, bacterias y parásitos, similares a los que vivimos con el Covid”, dice en diálogo con Clarín Patrice Debré.
“Toda la vida pensé que el sistema inmune estaba en contra de los microbios. Hace no mucho, aprendiendo más sobre la microbiota, que es esa flora de microbios que vive en nuestro cuerpo, entendí que el sistema inmune atrae a los microorganismos. Tenemos un sistema inmune cuyo objetivo es doble: pelear contra los patógenos pero guardar los que son buenos. ¡Es tan inteligente!” El hombre que habla tiene 77 años y un entusiasmo adolescente. Es francés. Es un referente internacional de la inmunología. Se llama Patrice Debré.
Clarín lo entrevistó porque vino a Buenos Aires, invitado por la Academia Nacional de Medicina para dar una conferencia con motivo del bicentenario del nacimiento del bacteriólogo francés Louis Pasteur.
Lo invitan porque es miembro de la Academia Nacional de Medicina de Francia, profesor Emérito de Inmunología de la Universidad de la Sorbona y ostenta un curriculum denso, entre otros, por haberse abocado a la investigación de afecciones que no se andan con chiquitas: el ébola, el cáncer, el VIH-Sida.
Debré podría haber sido político: su tío y primos fueron funcionarios del expresidente Charles de Gaulle.
O artista plástico. Su padre, Olivier Debré, fue un reconocido pintor abstracto. Y sin embargo siguió el camino de su abuelo, el médico Robert Debré, considerado uno de los padres de la pediatría moderna.
El momento de la charla no podía ser más oportuno: las noticias irrumpen con sus hepatitis agudas, sus viruelas y omicrones, en el infatigable capítulo final del Covid.
Y ahí llegá Debré, elegante, con una lucidez ansiosa, pero retenida. Los ojos verdes muy abiertos, pero el gesto apacible. Como quien, en el borde de cancherear, lanza: “Lo que pasa ahora con los patógenos fue así siempre. Y seguirá siendo así”.
-Hay expertos que creen que consumir más medicamentos, ciertos alimentos y el estilo de vida generaron un cambio en nuestro microbioma. Estiman que eso modificó nuestra inmunidad, por lo que somos más proclives a enfermarnos. ¿Qué opina?
-No creo. Si mirás la historia de las epidemias, siempre fue así. Los humanos debemos saber que tenemos que vivir con los microbios. El Covid es uno de ellos. Hay unos 200 nuevos patógenos descubiertos en los últimos 50 años. Tenemos que estar listos en términos de una convivencia, que se correlaciona con muchas enfermedades. Humanos y microbios hemos estado juntos en una co-evolución. Si mirás los genes, el 99% son de origen microbiano. Y si mirás a un individuo, el 90% de las células corresponden a microbios, es decir, al microbioma que vive en nuestro organismo. Solo el 10% son células humanas.
-Pero hay una armonía ahí, ¿no?
-Sí. Algunos microbios son buenos y otros se vuelven malos. A veces la armonía en nuestro cuerpo se rompe. Pero no es que ahora pase algo peor. Siempre fue así. El futuro nos va a encontrar de nuevo con todo tipo de virus, bacterias y parásitos, similares a lo que vivimos con el Covid. El mayor problema en todo caso es la resistencia a los antimicrobianos. En algunos países, el 60% de los microbios son resistentes a los antibióticos. Esto será un gran problema porque habrá que encontrar nuevos antibióticos. ¡Sesenta por ciento!
-¿Qué deberíamos hacer?
-Tomarlos correctamente. En muchos lugares, los médicos dan antibióticos para cualquier cosa, aunque no los necesites. En Camboya, si tenés dolor de cabeza te dan antibiótico. La gente no lo compra en la farmacia sino en el supermercado. Es lógico que haya resistencia.
-Pero las autoridades lo saben. ¿Los médicos están mal formados?
-Algunos países se esfuerzan, pero en Asia o África, no hay realmente una comprensión de las autoridades sobre esto, y los médicos no hacen mucho. Hay mucho por hacer en materia de educación; de los médicos, pero también de la población general.
-Estamos en alerta constante: Covid, Monkey Pox, hepatitis aguda en niños... ¿A qué se debe?
-Dos tercios de los brotes epidémicos vienen de los animales. Animales salvajes o domésticos. Tendremos que vigilar mejor. Hablaba el otro día en un seminario acerca de los perros. Tomamos varias zonas: América latina, Asia, Francia... Los perros se infectan de distintos patógenos en cada lugar, por lo que pueden generar distintos tipos de enfermedades, que luego pueden circular globalmente. ¿Qué hacés? Tenés que tener programas de vacunación y entender esos patógenos. No diría que las cosas estén peor. La vida cambió y con los movimientos migratorios encontramos más razones para estar en contacto con estos patógenos.
-Pero, ¿cómo evitar tantos brotes?
-Hay que educar a la gente y hablar de higiene más de lo que lo hacemos. Durante el Covid vimos que es posible bajar información. Lo que precisamos no es eso sino dar educación. Empieza en la escuela o incluso antes. La educación para la salud es una materia elemental. Ahora bien, ¿qué vamos a enseñar? Hay que definirlo. ¿La circulación de microbios? ¿Qué es un microbio? Hay muchos temas importantes. Los hemos empezado a relevar y a discutir en la Academia francesa, en diálogo con otras academias nacionales de medicina del mundo. Incluso, la argentina.
-Volviendo al Covid, ¿cuál es el futuro de la vacunación? ¿Puede surgir una generación que prevenga el contagio y no solo la severidad?
-Exacto. El problema con la vacuna contra el Covid es que evita la enfermedad, pero no la transmisión. Habría que generar un aumento de cierto tipo de anticuerpos (los IgA) que están en las mucosas respiratorias. Las vacunas que tenemos generan mayormente otros anticuerpos (los IgG). No estamos neutralizando lo suficiente... hay que buscar otros modos de introducir vacunas, tal vez por la vía nasal. Hay equipos trabajando en eso. Esto, en relación a la vacunación. Ahora bien, mis colegas piensan que el Covid va a continuar y tenemos que entender que va a ser endémico, como la gripe, con sus mutaciones.
-¿Nos vamos a tener que vacunar todos los años?
-No lo sabemos. Quizás las nuevas vacunas que estamos esperando sean más útiles y la inmunidad, más duradera.
-En Argentina, la campaña de gripe solo incluye a los grupos de riesgo. ¿Pasará lo mismo con el SARS-CoV-2?
-La pregunta de fondo es si va a ser obligatoria o no. En Francia es muy difícil y es posible que solo quede como recomendación. La vacunación es lo mejor que podríamos tener para combatir epidemias y transmisiones, pero no podemos inhibir el Covid masivamente porque mucha gente no se quiere vacunar. Así que, el virus continuará circulando en los próximos años. Es imposible saber si con nuevas vacunas disponibles y educación vamos a lograr una epidemia aún más baja. Yo no creo mucho en al erradicación; sí en la circulación a un nivel muy bajo.
-El Covid excede lo pulmonar; genera una afección multiorgánica. Hay expertos que están preocupados por su persistencia en algunos tejidos, en relación al futuro de la trasplantología. ¿Qué opina?
-Es un tema a considerar. Pasa con otros patógenos, como el ébola, que queda bastante tiempo en algunos tejidos, luego de fase crítica. No me sorprendería que el Covid pudiera sobrevivir más de lo que creemos, escondido, y que volviera después de un tiempo. De hecho, el long Covid es un enigma. ¿Es la persistencia del virus? No lo sabemos. No fue probado.
-Por la pandemia, muchas patologías quedaron en el olvido. Por ejemplo, la tuberculosis tiene cura, pero cada año mata a entre 600.000 y 1,2 millones de personas. ¿Qué otras enfermedades olvidadas deberíamos atender?
-Debemos estudiar y vigilar todas las enfermedades en sociedades de bajos recursos, como los países de África. En Francia se están dando fondos de investigación para estudiar determinados grupos de virus y no cualquier microbio. Creo que no está bien: tenemos que cubrir todo el espectro posible.
-¿Pero qué enfermedades cree que vayan a estar en las noticias en el próximo tiempo?
-No sé. Todavía no superamos el VIH, la malaria, la tuberculosis... ¡Ni siquiera tenemos vacuna contra la tuberculosis!
-Y tampoco para el VIH. Usted está trabajando en eso, precisamente...
-Trabajo en vacunas hace muchos años. Me interesé en el VIH porque este virus supone un enigma. Produce inmunosupresión, pero las células que mueren son las que no están infectadas. Entendimos que parte del virus era patogénico no solo infectando las células sino también golpeándolas desde afuera. Estamos desarrollando una vacuna que induce anticuerpos neutralizantes. Tuvimos buena respuesta en animales y empezaremos un ensayo clínico, aparentemente en septiembre. Probablemente haya que apuntar a dos tipos de respuestas inmune: la celular y la humoral.
-¿Cuándo podría estar lista? Se lo ve optimista...
-¡Lo soy! Pero hace 40 años hay investigadores en busca de esta vacuna y todavía no la tenemos.
-La pandemia instaló el problema de la accesibilidad. En los países de África, el acceso a la atención sanitaria es muy pobre, y eso convive con hechos como que las píldoras para la infección severa por Covid solo estén disponibles en países del primer mundo. ¿Qué debería cambiar?
-La salud debe ser considerada en forma global. No cabe más la concepción por países. La política es responsable de esto. Hay que incrementar el intercambio de experiencias entre países y trabajar mucho más en forma conjunta. Hay que encontrar otro tipo de gobernanza. Incluso la Organización Mundial de la Salud debería ser distinta. Su misión debe ser reconsiderada.
-Ya que la mencionó, ¿qué opina del rol de la OMS durante la pandemia?
-Hasta ellos se autocriticaron. Hay que pensar en una nueva OMS.
Fuente: Irene Hartmann - Clarin.com