Uno de los mayores desafíos para los productores de cerdos es maximizar la eficiencia de la producción porcina y minimizar el costo de alojamiento, sin comprometer el bienestar animal y la sostenibilidad de la granja.
Los costos de alojamiento son el segundo costo más alto durante el período de crecimiento-finalización después del costo del alimento.
Un mayor número de cerdos por corral reduce el costo de alojamiento por cerdo ya que los corrales se utilizan de manera más eficiente.
Sin embargo, para un tamaño de corral dado, aumentar el número de cerdos por corral provoca una reducción en la asignación de espacio (AE) y una reducción en el espacio de comedero por animal en sistemas de comederos largos o un aumento en la proporción de animales por comedero en instalaciones con régimen de alimentación ad libitum.
Esto puede resultar en una reducción del rendimiento productivo.
Cambiar el número de cerdos por corral puede inducir a confusión sobre si el rendimiento productivo se ve afectado por la AE, el espacio del comedero o el tamaño del grupo, aunque este método es el más común aplicado en condiciones comerciales.
Investigaciones recientes no señalaron ningún efecto del tamaño del grupo y el espacio de alimentación sobre el rendimiento productivo.
Kyriazakis y Whittemore reportaron una fórmula donde AE en m 2 se expresa como: AE = k × BW 0,667 donde k representa un coeficiente de espacio disponible y BW 0,667 representa la conversión geométrica del peso corporal (BW) en kg a área.
Gonyou y col. informó que por debajo de 0.0336 m 2/BW0.667 el desempeño productivo se ve afectado.
Es probable que estos umbrales cambien para cada tipo de edificio, tipo de piso, comederos, enriquecimiento ambiental, sexo y genética porcina, y el bienestar animal puede verse comprometido antes de que el rendimiento se vea afectado.
La asignación de espacio es parte de la evaluación de la calidad del bienestar de la producción porcina y es bien sabido que un AE insuficiente puede conducir a comportamientos sociales adversos dirigidos a los compañeros de corral, lo que resulta en lesiones cutáneas, cojera y mordedura de la cola.
Estas lesiones son indicadores más sensibles del bienestar de los cerdos que el rendimiento del crecimiento.
Las investigaciones existentes reconocen el papel fundamental que desempeñan la asignación de espacio y la mezcla sobre el número de lesiones corporales por cerdo como indicador de un mal bienestar animal.
El daño físico inducido por la agresión puede terminar afectando el rendimiento de los cerdos, provocando expropiaciones de las canales y pérdidas económicas para los productores de cerdos.
Además, el comportamiento dañino puede contribuir al estrés crónico que afecta el estado natural mental y fisiológico de los animales, lo que tiene implicaciones perjudiciales para la eficiencia y sostenibilidad de los sistemas de producción porcina.
Fuente: porcino.info