Un equipo de investigadores ha descrito un caso de fiebre aftosa que afectó al corazón de un perro que fue alimentado con canales de corderos afectados por la enfermedad
Un caso clínico presentado por científicos del Instituto Pirbright detalla el primer caso de infección por el virus de la fiebre aftosa (FMDV) adquirido naturalmente en perros. En este inusual caso, recogido en la revista BMC Veterinary Research, se identificó el virus de la fiebre aftosa en una muestra de tejido cardíaco recibida por el laboratorio de diagnóstico de Pirbright, el Laboratorio de Referencia Mundial para la Fiebre Aftosa (WRLFMD).
La muestra era de uno de los cinco perros jóvenes que habían muerto después de ser alimentados con los cadáveres de corderos que murieron durante un brote de fiebre aftosa en una granja de Irán.
El Pirbright explica que la fiebre aftosa generalmente se transmite entre animales con pezuña hendida (como ganado, cerdos y ovejas) a través del contacto directo con animales infectados o entornos contaminados.
La enfermedad causa pérdida de peso, producción de leche y una mayor probabilidad de aborto en adultos, pero es más probable que los jóvenes padezcan enfermedades graves y mortalidad si el virus se propaga al corazón.
Dado que este es el primer caso notificado de este tipo y dada la amplia distribución de la fiebre aftosa en determinadas regiones del mundo, estiman que esta presentación del virus es “extremadamente rara”.
Los investigadores señalan que el informe no contiene evidencia de que los perros puedan contraer la enfermedad de animales vivos infectados o que sean capaces de propagar la enfermedad como resultado de la infección.
Sin embargo, sí destaca aún más los peligros de alimentar con canales de ganado a otros animales donde circula la fiebre aftosa. “Esta es una consideración adicional para la profesión veterinaria en países donde la fiebre aftosa está presente continuamente y donde pueden surgir presentaciones de casos similares”, advierten.
También destacan que el informe no presenta ninguna evidencia de que los humanos puedan infectarse, por lo que la fiebre aftosa no se considera una amenaza para la salud pública.
Ryan Waters, cirujano veterinario de Pirbright, explica que la rápida comunicación entre la WRLFMD y la Organización Veterinaria de Irán les permitió conseguir la muestra. “Aunque el caso clínico no puede proporcionar respuestas más definitivas sobre las circunstancias necesarias para que ocurra una infección en los perros o con qué frecuencia ocurre, sí crea conciencia de que la infección canina puede ocurrir en circunstancias específicas y sirve como un recordatorio de los peligros potenciales que plantean utilizando canales de granjas para alimentar a otros animales", concluye.
Fuente: AnimalsHealth.es