Esta semana llegó a los Estados Unidos la primera exportación de pacú arrocero y marcó un hito en la historia de la acuicultura sustentable de la Argentina. Fue un envío de 7 toneladas de distintos cortes de este pescado de agua dulce, nativo del norte de Argentina, Sur de Brasil y Paraguay. La presencia de esta proteína de calidad en los platos norteamericanos es fruto de una historia de coincidencias y colaboración entre Puerto Las Palmas, un productor argentino ubicado en la localidad chaqueña de La Leonesa, a 80 km de Resistencia, y Patagonia, la marca de ropa outdoor, que hace más de 10 años se interesó por la industria alimenticia como un vehículo para cuidar y proteger ecosistemas.
Hace más de una década, justamente, crecía el debate por los costos para el ambiente que generaba la actividad arrocera. En ese momento, Néstor Gromenida, un acuicultor de pacú de Formosa conectó con activistas de Patagonia. "No hay organismo más sensible que un pez. Si el ambiente está contaminado, no van a poder crecer y vivir. Pero si se desarrollan, es una prueba contundente de que el ambiente está sano", expresó. A partir de ahí surgió la idea de adaptar las parcelas donde se cultiva arroz para que luego de la cosecha se pueda criar pacú.
PLP aprovechó la infraestructura de canales y riego del arroz e hicieron una primera prueba con el pacú. El resultado no pudo ser mejor. Los peces se desarrollaron de manera espectacular y además descubrieron que el rastrojo del arroz era un buen alimento natural y que, como omnívoros, también se comían los caracoles y otros organismos que representan una amenaza para el cultivo de arroz. Se generó todo un círculo virtuoso basado en la naturaleza.
Terminado el ciclo de pacú, la parcela quedó en condiciones ideales para volver a cultivar arroz. Allí nació el sistema rotativo e integrado. Esto les permitió eliminar el uso de fitosanitarios y fertilizantes. Cuando escalaron el modelo a nuevas parcelas vieron otro efecto muy positivo. Aumentó la biodiversidad, tanto en cantidad de ejemplares como en variedad de especies.
"La innovación que generamos con la incorporación del pacú a la producción de arroz nos permitió ver cómo la naturaleza puede trabajar a favor de la calidad de una proteína, brindando alimento natural a los peces, y al mismo tiempo potenciar el ambiente. Las piletas de pacú y arroz junto a nuestra reserva natural crean un ecosistema integrado que atrae a nuevas especies nativas y mejora la biodiversidad. Ese fue el nacimiento del pacú arrocero", explica Martín Meichtry, director de Grupo Puerto Las Palmas.
En el caso de Patagonia Inc, la marca de ropa outdoor basada en California, su conexión con la producción de alimentos nació con la creación de Provisions, una unidad de negocios para promover la agricultura orgánica regenerativa. La inspiración de Yvon Chouinard, fundador de Patagonia, radica en que "las personas compran ropa un par de veces al año, pero comen todos los días. Si queremos salvar al planeta, tenemos que empezar con la comida".
Desde esa lógica, busca y promueve alternativas a la agricultura industrial tradicional. En esa búsqueda encontraron a PLP y su producción integrada de arroz y pacú. Y comenzaron a apoyarlo para potenciar y escalar el modelo regenerativo y también inspirar a otros productores a que lo hagan. Hoy son cerca de 1.000 hectáreas, pero el potencial de crecimiento llega a más de 100.000.
"Hace unos años Patagonia redefinió su misión y se proyecta para los próximos 50 años con el objetivo de salvar nuestro hogar, el planeta Tierra. En ese camino, además de crear la iniciativa de 1% por el Planeta (grupo de empresas que donan el 1% de sus ventas para causas ambientales) y ser pionera en el movimiento de las empresas B, hace dos años donó sus acciones y creó un fideicomiso para destinar el 100% de los dividendos a proyectos que ayuden a combatir la crisis climática, convirtiendo a la Tierra en el único accionista de la compañía. En el caso de la producción de alimentos regenerativos, es otra forma más de poner al mercado al servicio de las soluciones sociales y ambientales que necesita el planeta e inspirar a otros productores a que sigan el camino. Por esta razón apoyamos la producción integrada de arroz y pacú", sostiene Agustín Fox, country manager de Patagonia Inc. en la Argentina.
El envío que llegó a los Estados Unidos contiene distintos tipos de cortes, como filet con distintos grados de elaboración y cortes más especializados como lomo del pacú. El pedido llegó luego del envío de muestras que se probaron en distintas instancias y tuvieron la aprobación de los comensales. En el mercado local también se venden productos elaborados como hamburguesas, medallones y nuggets para los consumidores poco acostumbrados al pescado. En todos los casos se utiliza 100% carne de pacú y condimentos, todo libre de conservantes o agregados industriales.
La exportación estuvo fiscalizada por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), organismo que habilitó la planta frigorífica de PLP para la exportación a Estados Unidos luego de verificar que la misma cumpla con los requisitos de inocuidad solicitados por el país de destino. El Senasa también se encarga de fiscalizar diariamente la faena de pescados, controlando que el establecimiento cumpla con las buenas prácticas de manufactura, procedimientos operativos estandarizados de saneamiento, y manejo de plagas y análisis de puntos críticos de control. Todo esto a fin de garantizar que el producto alimenticio se encuentre en óptimas condiciones sanitarias y proteger la salud de los consumidores.
El consumo de pacú arrocero tiene varios beneficios: cuenta con un alto contenido de proteínas y muy fácil digestibilidad. También presenta en las grasas un alto contenido de ácidos grasos insaturados que son fundamentales para funciones cardiovasculares, neuronales y hormonales. Como resultado del alimento natural que consume y la salud del ecosistema en el que se desarrolla, la carne del pacú arrocero es de alta calidad y excelente sabor. Sí a esto se suma el efecto beneficioso para la biodiversidad de este sistema productivo, es fácil entender por qué cautivó a un mercado tan exigente.
Fuente: Gonzalo Sánchez - Clarin.com